En un testimonio impactante, Adrián Martínez Cádiz, corresponsal de prensa en La Habana de la cadena católica EWTN, denunció la realidad desoladora de las tiendas en MLC (Moneda Libremente Convertible) en Cuba. Martínez visitó varias tiendas, tanto minoristas como mayoristas, y su experiencia reveló una situación preocupante. Comentó en su cuenta de Facebook: «No hay nada. Los mismos 20 o 25 productos en todas. Y ninguno de ellos de primera necesidad. No basta con que llenen los estantes con los mismos productos, que no solo de pollo vive el hombre, aunque ya hasta el pollo está difícil».
El corresponsal también mencionó la escasez generalizada en el país, atribuyéndola a diversos factores. Explicó: «Las gallinas estresadas por el bloqueo imperialista ya no ponen huevos. La tierra no da arroz, ni azúcar, ni papas. Los peces emigraron al norte por la crisis y hasta el mar se siente la escasez que ni sal nos puede dar». Estas palabras reflejan la gravedad de la situación en Cuba, donde la falta de productos básicos afecta a todos los aspectos de la vida diaria.
Martínez expresó su frustración y tristeza al tratar de explicar la realidad a los extranjeros: «Y yo no sé cómo le explico a un amigo extranjero que en Cuba NO HAY! NO HAY! NO HAY!» Esta desesperación se acentúa con la continua espera por servicios esenciales y necesidades básicas. Martínez afirmó: «Y mientras tanto seguimos esperando. Esperamos a que llegue la electricidad, a que llegue el pan, el pollo, el agua, el gas. A que abran la tienda, a que llegue mercancía y a que haya conexión. Esperamos la recarga, la remesa y el paquetito que van a mandar. Esperamos la conexión a internet. Esperamos el combustible durante días».
El testimonio de Martínez refleja la desesperanza y la impotencia que sienten muchos cubanos debido a la prolongada escasez y a las dificultades que enfrentan diariamente. Además, resalta el hecho de que el tiempo sigue pasando y las necesidades básicas no se satisfacen. Esta situación ha llevado a una sociedad marcada por la incertidumbre y la frustración.
El corresponsal también compartió comentarios de otros cubanos que expresaron su dolor y angustia. Un cubano relató una experiencia en una de las tiendas, donde un señor intentó prohibirle tomar fotos. La respuesta del señor revela la negación de la realidad por parte de algunas autoridades: «es que hacen fotos de algún estante vacío, para luego subirlas a Internet, cuando esta es una de las tiendas más surtidas de La Habana». Estas palabras evidencian el intento de ocultar la falta de suministros y de crear una imagen engañosa ante los ojos de la comunidad internacional.
Es comprensible el sentimiento de frustración y decepción expresado por los cubanos. En sus palabras, se percibe el sufrimiento que atraviesa el pueblo cubano en todos los ámbitos de la vida. La situación de escasez afecta a niños, ancianos, enfermos, presos, amas de casa, obreros asalariados y jubilados. Es un dolor que se extiende por toda la sociedad cubana, dejando un impacto profundo en las familias y en la unidad del país.
En medio de este panorama desalentador, Martínez reflexionó sobre las consecuencias del sistema comunista en Cuba y su impacto en el sufrimiento del pueblo. Expresó con indignación: «Que lamentable que autoridades no democráticas, que suelen decir que aman a su pueblo, lo tienen sumergido en el hambre. La comunidad internacional ya conoce la senda del sistema comunista: la destrucción total de sus pueblos por hambre y represión. La historia lo demuestra». Estas palabras reflejan la frustración y la crítica hacia un sistema político que, según Martínez, ha llevado a la destrucción y a la represión de los cubanos.
El testimonio y los comentarios compartidos por los cubanos ponen de relieve una realidad dolorosa y desesperanzadora. La escasez de productos básicos y la falta de suministros esenciales han generado una profunda crisis en la sociedad cubana, afectando la calidad de vida de sus habitantes. La espera constante por servicios y necesidades básicas ha generado un sentimiento generalizado de incertidumbre y frustración.
A través de estas voces, se escucha el llamado de un pueblo que anhela un cambio y una mejora en su situación. Los cubanos han soportado décadas de dificultades y esperan ansiosamente un futuro donde puedan vivir con dignidad y prosperidad.