El feminicidio es un problema que afecta gravemente a las mujeres en todo el mundo, incluyendo a Cuba. El último caso reportado es el de Anay Toya, madre de dos niños, quien fue asesinada por una persona con la que mantenía relaciones afectivas en el municipio de Güines, provincia de Mayabeque.
Con este caso, ya son 28 las mujeres que han sido víctimas de feminicidio en Cuba en lo que va del año.
El Observatorio de Género de la revista Alas Tensas (OGAT) ha documentado estos casos en colaboración con otros observatorios independientes, medios de prensa y fuentes comunitarias. Sin embargo, aún falta que el Estado cubano incluya el feminicidio como delito específico en el nuevo Código Penal.
El Tribunal Supremo Popular informó recientemente que en 2022 condenó a 18 hombres por feminicidio.
Sin embargo, esta cifra queda muy por debajo de los 34 casos de feminicidio registrados por organizaciones feministas independientes durante el mismo año. Además, la ausencia de un registro oficial que permita conocer los daños ocasionados por la violencia de género impide una comprensión completa de la situación.
Ante esta realidad, las organizaciones feministas cubanas han criticado a las autoridades por negarse a incluir y tipificar el feminicidio en el nuevo Código Penal. En diciembre pasado, la Red Femenina de Cuba y otras organizaciones invitaron a los miembros de la sociedad civil a que firmen una petición en favor de una Ley Integral de Género que proteja a las mujeres de la violencia.
Es necesario que las autoridades cubanas tomen medidas concretas para prevenir y sancionar el feminicidio.
Esto implica la inclusión del feminicidio como delito específico en el nuevo Código Penal y la implementación de políticas públicas integrales que aborden la violencia de género en todas sus formas. También es importante garantizar la protección y el acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia de género.
El caso de Anay Toya es solo uno más de los muchos casos de feminicidio que ocurren en Cuba y en todo el mundo. Es fundamental que se visibilice esta problemática y se tomen medidas efectivas para erradicarla. La lucha contra el feminicidio es responsabilidad de todas y todos, y debe ser una prioridad en nuestra sociedad.