En la madrugada del 15 de mayo, un joven cubano fue víctima de un asalto en el poblado de Casilda, municipio de Trinidad, Sancti Spíritus. Según el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), «fue asaltado por delincuentes comunes, un joven a quien después de golpear brutalmente en la cabeza y propinarle varias heridas con arma blanca, le robaron tres cadenas que traía puestas». Las lesiones fueron tan graves que pusieron en peligro su vida, por lo que fue reportado de urgencia al Hospital Provincial Camilo Cienfuegos.
Este incidente es sólo una muestra de la creciente ola de delincuencia que está afectando a los cubanos. Muchos ciudadanos están preocupados por su seguridad y se preguntan qué está haciendo el gobierno para protegerlos. Como señala ICLEP, si la policía no estuviera detrás del pollo, el aceite, picadillo y perrito, o reprimiendo a los que no piensan como el gobierno, justificaría el salario que ganan, dándole protección al pueblo.
Los cubanos están cada vez más desesperados por la situación. Una ciudadana cuenta su experiencia: «La casa que tengo en Cárdenas tiene la puerta desbarata, rompieron el candado. Han robado tres veces y por último le arrancaron una reja de una ventana. Suerte que la tengo vacía porque no vivo ahí ni loco. Me la compré y tengo pánico vivir en Cárdenas. Se ve de todo».
La inflación y el aumento de los precios también están contribuyendo a la creciente delincuencia. Según un ciudadano, «Las MIPYMES (micros, pequeñas y medianas empresas) están vendiendo la caja de pollo a 9000 pesos y la carne de cerdo la libra a 440 pesos, unas zapatillas a 7000 pesos. Te matan. Cuidado».
Los cubanos están clamando por soluciones urgentes. Una cubana opina: «¿Hasta cuándo va a estar sucediendo esto en nuestro país? ¿Dónde están los miles y millones de policías que antes andaban en la calle? Y ahora que hacen tantas falta, ya ni se ven en ronda. ¿Qué está pasando? No le hagan eso a esos jóvenes, por favor, pónganse a trabajar para que se busquen el dinero, no matando a los que no tienen culpa. Son jóvenes como ustedes, por favor».
