El gobernante de Cuba, Miguel Díaz-Canel, hizo una promesa el sábado pasado, asegurando que los precios de los alimentos disminuirán a medida que aumente la producción agrícola en el país. Durante una reunión con dirigentes y cuadros de Pinar del Río, Díaz-Canel expresó su deseo de que «cuando tengamos más producción podremos bajar los precios y el salario podrá tener un mayor poder adquisitivo», según informó el diario local Guerrillero.
Sin embargo, esta afirmación contrasta con la realidad que vive el país, donde la escasez de alimentos es evidente y el sector agrícola se encuentra deprimido, con falta de recursos y afectado por el centralismo y las trabas burocráticas.
Durante la reunión, el gobernador de Pinar del Río, Rubén Ramos Moreno, mencionó los supuestos logros productivos de la provincia en el marco del programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional impulsado por el gobierno. Díaz-Canel enfatizó la importancia de desarrollar sistemas productivos locales y señaló que «tenemos que producir alimentos dentro del país y eso se resuelve con una correcta estrategia y relaciones entre estatales y no estatales que nos permita fortalecer esos sistemas productivos locales».
Además, el mandatario cubano hizo un llamado a eliminar intermediarios para que tanto los productores como la población se beneficien, una consigna que se repite constantemente en las reuniones, aunque los agricultores denuncian trabas y burocracia en la práctica.
En la reunión también estuvieron presentes otros dirigentes del régimen cubano, como el primer ministro Manuel Marrero Cruz y Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Díaz-Canel ha estado tratando de convencer a funcionarios y al pueblo en general de que la producción de alimentos a nivel municipal es la solución más inmediata a la crisis actual. Sin embargo, algunos economistas, como Elías Amor, critican esta postura y argumentan que el problema se resolvería liberando la propiedad de la tierra en Cuba.
Amor escribió en su blog Cubaeconomía que «nadie de la cúpula dirigente está dispuesto a asumir que la situación actual, en la que es imposible ‘levantar el país’, tiene su origen en un modelo obsoleto y agotado, y en una clase dirigente que debería dar un paso al costado y permitir que otros asuman la responsabilidad real de lo que se debe hacer».