Esta semana Jorge Yanko Heredia Oliveros se sintió desesperado y publicó en su página de Facebook un mensaje que ha generado una gran polémica en las redes sociales.
El hombre, de 37 años y natural de Santiago de Cuba, dijo que quería dar a su hijo en adopción a alguien que viviera en un país libre porque no quería seguirlo viendo sufrir.
En entrevista para CubitaNow, Heredia Oliveros explicó que esa había sido “la decisión más difícil que he tomado en toda mi vida”.
Lleva meses sin empleo porque asegura que no volverá a trabajar para el Gobierno. Su hijo, de 12 años, tiene necesidades que él no puede suplir. “Sueña con ser pelotero”, dice.
“Este país está inmerso en una crisis que yo veo como el choque del Titanic, que una vez que ya se dio la declaración de su jefe que el barco se iba a hundir, más nunca se enderezó y yo veo a este país y a este sistema como que va al colapso”, comenta Jorge.
“No es fácil ver a mi hijo todos los días con esa carita de querer un porvenir, de querer esto o aquello y yo no poder darle nada… No le voy a trabajar al gobierno cubano bajo ninguna circunstancia porque no estoy dispuesto a hacer un esclavo en pleno siglo XXI, ganando en un salario que, como la mayoría, no da ni para tres días de alimento”.
“Yo solo se yo lo que he pasado y lo que sufro cada día, me siento acorralado. Confío en Dios que todo estará bien, aqui en Cuba solo dios nos esta protegiendo”, dice.
Para Jorge en Cuba debe “cambiar todo porque aquí nada marcha bien. En Cuba tiene que cambiar esa mentalidad mediocre, esa mentalidad de poquitos”.
Cuba atraviesa una de las peores crisis económicas de las últimas décadas. En el país escasean los alimentos, medicinas y productos de primera necesidad.
Recientemente un hombre se desmayó en plena calle porque tenía hambre. Esta misma semana un padre salió con un cartel a pedir comida para su hijo.
“Mi hijo tiene hambre, hasta cuándo, no puedo más”, se escucha decir en el video que circula en las redes sociales.
El pasado sábado el pueblo de Caimanera, en Guantánamo, salió a gritar libertad. Una multitud de personas caminó hasta la sede del Partido Comunista en el pueblo y una turba de agentes de la Policía y los Boinas Negras reprimieron la manifestación a golpes y palos. Cinco personas fueron arrestadas.
La madre de dos de los detenidos contó que en su casa no había comida. “Mi hijo salió a gritar porque su sobrino tenía hambre”, explicó.
