El presidente designado por Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, ha visitado en los últimos días cuatro provincias en Cuba, entre ellas, Matanzas, Villa Clara y Cienfuegos. Su visita ha generado expectación entre la población, aunque también ha suscitado críticas por el gasto que supone su presencia en plena crisis de combustible. Varios cubanos se han preguntado por qué se gastan recursos en viajes a provincias para «decir las mismas mentiras en las reuniones».
Además, los cubanos han denunciado que la situación en el país sigue empeorando, con interminables apagones, escasez de insumos médicos, carreteras desbaratadas y transporte destruido. También han denunciado que el dólar se está volviendo cada vez más caro y que los robos están aumentando exponencialmente. Por lo tanto, los ciudadanos no ven mejoría desde enero, cuando comenzaron las protestas.
En su visita a Matanzas, Díaz-Canel habló sobre el problema de la producción de alimentos en el país, señalando que «resolverlo es esencial para bajar precios y contener la inflación». También llamó a «revisar fichas de costo y eliminar intermediarios». Sin embargo, muchos cubanos se preguntan cuándo se traducirán estas palabras en acciones concretas y cuándo empezarán a ver mejoras reales en su día a día.
La «psicóloga millonaria» y primera secretaria del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Matanzas, Susely Morfa, habló sobre la renovación de varias direcciones de los núcleos del PCC y el trabajo vinculado a los barrios. La prioridad es el chequeo del programa agroindustrial en la provincia. Por su parte, el primer ministro, Manuel Marrero, pidió a los dirigentes en Matanzas que «revisen las contrataciones en la agricultura y que se cumplan los compromisos». También instó a los cuadros a jugar su papel en los municipios.
Sin embargo, para muchos cubanos, estas reuniones y declaraciones no son más que humo, y se preguntan cuándo verán resultados reales. El problema es que las expectativas de la población no se corresponden con las acciones del gobierno, y esta brecha solo parece estar creciendo con el tiempo.
La situación en Cuba es complicada, y aunque el gobierno ha prometido mejoras, la población no ve avances significativos. La crisis económica, agravada por la pandemia de COVID-19, ha afectado a la calidad de vida de la población. La escasez de alimentos, medicamentos y otros productos básicos es una realidad cotidiana. Además, la falta de combustible y los apagones constantes son problemas graves que afectan a la población.