Médicos del Hospital Pediátrico de Holguín salvan la vida de un niño que se tragó un muelle

Redacción

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Un equipo de médicos en el Hospital Pediátrico de Holguín llevó a cabo una exitosa operación para salvar la vida de un niño de 17 meses que se había tragado un «muelle de palillo de tender ropa» en su hogar. El pequeño llegó al Cuerpo de Guardia de la institución médica con cuadro de dificultad respiratoria, lo que llevó al especialista de guardia a realizar una radiografía y detectar el cuerpo extraño.

Tras un primer intento de intervención quirúrgica fallido debido al gran edema del esófago que presentaba el niño, el martes siguiente un equipo multidisciplinario compuesto por otorrinos, anestesiólogos, intensivistas y cirujanos realizó exitosamente una esofagoscopia exploradora. La doctora Antonia María Salermo Reyes, jefa del Grupo Provincial de Otorrinolaringología, explicó que observaron «edema importante de la mucosa esofágica y el cuerpo extraño que lo extrajimos, sin que el niño presentara complicaciones transoperatorias».

El pequeño está evolucionando favorablemente y permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Pediátrico de Holguín. Aunque es el quinto caso de cuerpos extraños bronquiales y esofágicos atendidos de urgencia por el Servicio de ORL y otros especialistas del centro, los médicos recomiendan a los padres y familiares de niños pequeños que estén alerta y eviten dejar objetos peligrosos al alcance de los niños.

Este no es el primer caso de este tipo en el hospital. En marzo, otro niño de tres años que accidentalmente se tragó un clavo fue intervenido exitosamente en el mismo centro médico. La cirugía fue realizada tras una broncoscopía exploradora, un procedimiento riesgoso que supone actuar con un broncoscopio rígido de 6,7 milímetros, que entra por la boca, pasa por la laringe, la tráquea y llega al pulmón para extraer el cuerpo extraño.

La doctora Mavil Isabel Benítez Fernández, especialista de segundo grado en Otorrinolaringología, explicó que el procedimiento es peligroso porque puede provocar daños graves, incluso la muerte del paciente. Sin embargo, en ambos casos los médicos pudieron salvar las vidas de los niños gracias a su experiencia y habilidades.