El restaurante Castillo de Jagua en La Habana ha sido objeto de un análisis de precios por parte del crítico de arte cubano, Frank Padrón. Padrón compartió en su grupo de Facebook GastroCuba algunos de los precios del menú, que van desde los 650 pesos de un plato de camarones a la cerveza importada a 300 pesos.
Padrón destacó que, aunque el restaurante ha experimentado una subida de precios, todavía mantiene una oferta bastante variada y cierta asequibilidad en algunos platos. Mencionó que los precios de las variedades de pulpo pueden superar los 900 pesos, pero otros platos, como los que se basan en el pescado (menos de 300 pesos) o los camarones (650 pesos), se pueden ordenar sin demasiado perjuicio a la billetera.
Después de disfrutar de un refrescante jugo de guayaba (30 pesos), Padrón probó el plato de camarones tipo grillé y lo encontró bien servido y sazonado. Sin embargo, señaló que la eliminación del concepto de «completas» o «menús», es decir, la inclusión de guarniciones acompañando la carne, parece innecesaria. Ahora, en muchos restaurantes particulares o estatales, debes pedir aparte el arroz (50 pesos), la vianda (40 pesos) y la ensalada (30 pesos), lo que encarece innecesariamente el pedido.
Otro punto que llamó la atención de Padrón fue la cerveza a granel, que casi nunca faltaba y era preferida por su calidad y buen precio. Sin embargo, esa noche, brilló por su ausencia, obligando a muchos a «bailar» con la de lata importada (300 pesos), que aunque no está al doble como en algunos particulares, sigue siendo cara.
A pesar de algunos de estos aspectos negativos, Padrón concluyó que el Castillo de Jagua en el Vedado es un lugar agradable, con dependientes muy amables y profesionales. No obstante, los comentarios de los usuarios en su publicación reflejan algunas preocupaciones que deberían ser consideradas por los propietarios del restaurante.
Por ejemplo, una cubana cuestionó el precio de la cerveza, afirmando que el precio de la cerveza estatal era demasiado alto. Padrón estuvo de acuerdo con ella y señaló que la situación era la misma en otros lugares.
Otro usuario señaló que, al pasar por el restaurante, vio que el local estaba vacío y los trabajadores estaban sentados y conversando, lo que no lo invitaba a pasar. Padrón aclaró que había otra mesa ocupada en el restaurante, pero este comentario indica la necesidad de mejorar la imagen del lugar para atraer a más clientes.
Finalmente, una jubilada cubana comentó que el dinero de su jubilación no le permitía ir a un restaurante, pero que se enteraba de «la carta» por medio de Padrón y de paso «la saboreaba». Este comentario destaca la necesidad de que los restaurantes mantengan sus precios asequibles para que los cubanos puedan disfrutar de la comida y la cultura en su país.