Hoy es un día muy especial para el actor cubano Roberto Perdomo, quien cumple 64 años de edad. Perdomo es ampliamente conocido por su papel en la telenovela ‘El balcón de los helechos’, donde interpretó al Profesor Alberto y formó un binomio con la actriz Susana Pérez, con quien mantenía una relación sentimental en la vida real. Este papel lo lanzó a la fama entre los televidentes cubanos y lo hizo muy popular.
Desde el año 2005, Perdomo ha estado dando vida al Teniente Coronel Fernando en el policíaco Tras la huella, uno de los seriados que ha permanecido por más tiempo en la televisión cubana. Pero su carrera en las artes escénicas comenzó mucho antes. Perdomo nació en Santiago de Cuba y se graduó en la especialidad de Actuación de la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte (ISA) en 1982.
A pesar de que se hizo famoso gracias a su papel en ‘El balcón de los helechos’, Perdomo ha participado en otras telenovelas como Café Habana, Prefiero las rosas y !Oh, La Habana!, donde confirmó su gran popularidad y admiración entre los cubanos. En el cine, su papel más destacado fue en el filme Techo de vidrio, dirigido por Sergio Giral, donde también compartió protagonismo con Susana Pérez.
Antes de llegar a la televisión, Roberto Perdomo ya tenía una exitosa carrera en las tablas. Muchas personas acudían expresamente al teatro para verlo actuar, motivados por su gracia y talento. Recordadas son sus actuaciones en obras como por Yarini, Elogio de la madrastra, Un tranvía llamado Deseo y Triste tristísimo.
Después de 13 años encarnando al Teniente Coronel Fernando, Perdomo decidió dejar el papel que lo mantenía en pantalla gran parte del año, aunque reconoce que siente orgulloso “del cariño que le ha ganado del pueblo”. Perdomo ha dicho que este personaje lo creó casi desde cero y que al verlo en la pantalla tras grabar un capítulo, sentía que se transformaba en el papel de militar que interpretaba, lo que lo satisfacía y había sido su pequeño orgullo.
“Es difícil lograrlo durante 13 años, no caer mal, no aburrir. Que te miren y haya una simpatía. Y está todo lo que representa esa imagen: una ideología, una filosofía. Tiene un criterio, tiene un valor, tiene un pueblo. Me tocó a mí asumir ese banderín y lo he llevado hasta ahora, creo que con dignidad y con humildad”, comentó en una entrevista hace unos meses.
Durante todos estos años, Perdomo ha trabajado incansablemente para el pueblo, ofreciendo lo que mejor sabe hacer: actuar. Pero para él, el pago principal no son los reconocimientos o los premios, sino el cariño y el respeto del pueblo. Se siente muy agradecido de que las personas lo conozcan y lo quieran. Y es que, para él, esto es lo más importante en su carrera: llegar, sembrar y ser bien recibido.
