En La Habana, un grupo de vecinos ha llevado a cabo una protesta en el famoso Paseo del Prado, cerrando la calle como medida de reclamo y utilizando sus propios muebles para crear barricadas.
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran a los manifestantes haciendo sonar sus cacerolas en señal de descontento. El activista cubano Adelth Bonne Gamboa confirmó los hechos a través de su cuenta de Facebook y detalló que había una fuerte presencia policial y agentes de la Seguridad del Estado de civil en la zona. Aunque todavía se desconocen los motivos exactos de esta protesta, los vecinos han dejado claro su malestar.
El video compartido en las redes sociales muestra cómo un grupo de personas con sus bienes personales cerraron la calle, creando una barricada que impedía el paso de vehículos en el Paseo del Prado. Hasta el momento, no se han dado detalles específicos sobre las razones detrás de esta manifestación. Sin embargo, parece ser que la situación es tensa y que los vecinos quieren hacerse escuchar.
Adelth Bonne Gamboa, quien confirmó los hechos a través de su cuenta de Facebook, también señaló que había una «fuerte presencia policial y agentes de la Seguridad del Estado de civil» en la zona. De hecho, el video compartido muestra a varios uniformados observando de cerca la situación. Este tipo de medidas de represión no son inusuales en Cuba, por lo que muchos cubanos temen por su seguridad cuando se manifiestan.
La protesta, que tuvo lugar en una de las zonas más céntricas de la capital, fue confirmada por Bonne Gamboa, quien dijo que los manifestantes cerraron la calle en la intersección de Prado y Virtudes. El activista también señaló que la conexión a internet de su teléfono empezaba a fallar justo después de publicar la noticia, lo cual podría ser un indicativo de la presencia de la censura gubernamental.
Aunque todavía hay mucho por saber sobre esta protesta, parece claro que los vecinos de La Habana han encontrado una manera de hacer oír sus voces. Al usar sus muebles personales como barricadas y hacer sonar sus cazuelas, han demostrado que están dispuestos a luchar por lo que consideran justo. En un país donde las protestas son a menudo reprimidas brutalmente, estas personas están arriesgando mucho al salir a la calle para exigir un cambio. Solo queda esperar y ver si su valentía lleva a algo concreto.