En Cuba, hacer fila para comprar combustible, alimentos y productos de primera necesidad es una práctica común debido a la dura crisis económica que enfrenta el país. En Guanabacoa, en La Habana, esto es especialmente cierto, como lo muestra una usuaria que compartió imágenes de decenas de personas esperando por horas para comprar una balita de gas en plena madrugada.
La situación es tan crítica que incluso hay una nueva modalidad: hacer cola para acceder a las colas de las gasolineras. Los cubanos han tenido que adaptarse a esta realidad, haciendo prelistas para poder anotarse en «La lista» oficial y clasificar para obtener combustible. Un usuario de redes sociales se quejaba recientemente de estar en una cola para poder hacer la cola del combustible, lo cual da una idea de lo complicada que puede ser la vida en Cuba.
Pero no todo es fácil para los ciudadanos que se ven obligados a hacer estas filas interminables. La valiente María Dolores Oliva, una residente de Guanabacoa, se enfrentó públicamente a la delegada de su circunscripción después de que ésta la increpara por tomar fotos de la cola del gas. «Creo que estoy en mi derecho de publicar lo que quiera. No uso ni lenguaje vulgar ni obsceno… y seguiré publicando», dijo Oliva en su denuncia.
Es importante destacar que el gobierno cubano ha tomado medidas para intentar solucionar este problema, como crear un sistema en conjunto con los factores de la comunidad para perfeccionar la organización de las colas, según un comunicado de la corporación CIMEX encargada del expendio de combustible en Cuba. Sin embargo, la realidad es que la situación sigue siendo difícil para muchos cubanos que se ven obligados a hacer filas interminables para poder obtener lo que necesitan.
En definitiva, la crisis económica en Cuba ha llevado a los ciudadanos a enfrentarse a una dura realidad llena de largas filas y complicaciones diarias. Aunque el gobierno está tomando medidas para solucionar el problema, la situación actual sigue siendo un desafío para muchos cubanos. La historia de María Dolores Oliva es un ejemplo de cómo los ciudadanos están dispuestos a luchar por sus derechos y a hacer pública su voz ante lo que consideran injusto.