El periodista Edmundo García ha salido del olvido recientemente para amenazar al régimen cubano con revelar su colaboración como agente del castrismo en Miami durante 20 años. En un vídeo publicado por el canal estadounidense America TeVe en su cuenta de Instagram, el periodista exige a la Seguridad del Estado que un individuo, presuntamente médico, llamado Ernesto Cordoví, sea expulsado del Partido Comunista de Cuba. Además, García también demandó que a Cordoví y a otro individuo se les invaliden sus títulos de medicina.
El vocero del castrismo en Miami también aseguró que si no se toman las medidas necesarias, él revelará información que podría ser comprometedora para el régimen cubano y para sí mismo: «O yo me paro aquí y cuento 20 años de colaboración. Me paro aquí y lo hago. Después no se quejen, el mensaje está dado. Después no se quejen».
Las palabras de García hacen suponer que el periodista procastrista podría haber violado las leyes de Estados Unidos, país donde reside, y haber hecho más en Miami que simplemente defender al régimen cubano. García incluso menciona que se incriminará y que el FBI podría estar interesado en su caso: «Y me incrimino, y el FBI para arriba de mí».
Finalmente, García amenaza con llevar su caso a los tribunales y a la prensa: «Y para los tribunales y para la prensa. Y que arda Troya».
No es la primera vez que Edmundo García lanza un ultimátum al régimen cubano, su empleador que al parecer lo ha relegado al olvido. En 2021, García hizo una amenaza más dramática y si la hubiera llevado a cabo, hoy no volvería a ocupar un titular. Hace dos años, dijo que se quitaría la vida en vivo en su canal de YouTube «La tarde se mueve» a menos que Miguel Díaz-Canel le restituyera sus «principios» públicamente.
En aquel momento, el vocero del régimen cubano, muy afectado, se dirigió «directamente al general de Ejército, al presidente de la República y al ministro de las Fuerzas Armadas» cubanos, Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel y Álvaro López Miera, respectivamente, para exigirles que respetaran su trayectoria al servicio de La Habana en los Estados Unidos. García demandó que su «lucha» fuera reconocida públicamente: «Este hombre que está aquí lo ha puesto todo por la revolución y por Fidel, desde Miami, en la época más dura». García advirtió que si no se satisfacían sus demandas, se convertiría en un mártir: «o esto lo arreglan públicamente o esto va a convertirme en un mártir. Y después la mancha caerá sobre sus conciencias».
Además, García confesó que su función en Miami fue parte de un plan: «Jamás hubiera venido aquí si no se me hubiera explicado muchas veces la necesidad».
