El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha anunciado que las celebraciones por el primero de mayo no se suspenderán, incluso si los ciudadanos tienen que caminar para llegar a las plazas de todo el país. En un momento en que Cuba se encuentra en una grave crisis energética, el presidente derrocha combustible en sus inútiles viajes a Santa Clara y para actividades propagandísticas. A diferencia de este despilfarro, el sector educativo se ha visto obligado a suspender las clases presenciales debido a la crisis en el transporte y la falta de alimentación para los estudiantes becados.
El 21 de abril, la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara suspendió las clases presenciales para todos sus estudiantes, excepto los del sexto año, debido a la contingencia energética. El resto de los estudiantes recibirán sus actividades lectivas por medio de un aula virtual a distancia, como se hizo durante la pandemia de coronavirus. Muchos cubanos comentan en las redes sociales sobre la situación actual, algunos señalan que la mejor manera de celebrar el 1 de mayo es produciendo alimentos y otros opinan que Cuba es un país fracturado social, económica y moralmente.
El destacado profesor de cine cubano, Gustavo Arcos Fernández Brito, ha comentado que Cuba se encuentra en una situación difícil, sin progreso ni beneficios. Los sectores de la salud, la educación, la asistencia y seguridad social, que alguna vez fueron ejemplos, apenas se sostienen por el sacrificio de quienes trabajan allí. El salario no sirve, no hay control sobre los precios, no hay dinero en los bancos, no hay producción, medicinas, alimentos, viviendas ni transporte que funcionen adecuadamente.
En medio de esta crisis, el gobierno cubano sigue destinando recursos a la propaganda castrista. Parece que no hay límites para el despilfarro de combustible en viajes inútiles del presidente y en actividades propagandísticas. Mientras tanto, los estudiantes se ven obligados a recibir sus clases a distancia debido a la falta de recursos en el sector educativo.
Cuba necesita un cambio significativo para salir de esta situación. El país necesita un liderazgo que esté dispuesto a escuchar a su pueblo y trabajar por el bienestar de todos los ciudadanos. Además, se necesita una economía que funcione para todos, no solo para los privilegiados. Se necesita un plan para mejorar la situación actual, no solo propaganda. Es hora de que el gobierno de Cuba tome medidas concretas para mejorar la vida de sus ciudadanos.
