El pirulí es uno de los dulces más populares en Latinoamérica. Es un caramelo duro que se sostiene en un palo y se consume chupándolo. A pesar de su simpleza, su origen es interesante. El invento lo tuvo un hispano proveniente del País Vasco, José Arechavaleta, quien vivía en el municipio de Gordexola y viajó a Cuba en busca de fortuna.
Según relatan en El Correo, Arechavaleta se hizo con una destilería de caña de azúcar en Cuba y, en ese proceso productivo, buscó aprovechar los residuos que quedaban después de extraer el azúcar. Así fue como se le ocurrió ponerlos en conitos de papel para que obtuvieran esa forma, y luego añadirles un palito para facilitar el manejo al momento de comerlo. Esta idea fue un éxito rotundo y el pirulí vivió una época de auge en la que los vendedores ambulantes lo comercializaban sin cesar.
Con el paso del tiempo, el pirulí evolucionó y se le agregaron sabores, colores y su tamaño varió. Según su forma, se le conoce de diversas maneras: pirulín, chupete, pirulo. En cada país o región tiene denominaciones distintas. A pesar de estas variaciones, la receta del pirulí es muy sencilla, con pocos ingredientes y pasos muy básicos. Sin embargo, es importante prestar mucha atención en la manipulación, ya que el caramelo adquiere una temperatura muy elevada y puede quemar. Además, al momento de poner en los moldes, se debe manipular muy rápido debido a que enfría y cristaliza con facilidad.
En la actualidad, el pirulí se sigue consumiendo en todo Latinoamérica y es una de las golosinas más populares entre niños y adultos. A pesar de la gran cantidad de opciones de dulces disponibles en el mercado, el pirulí sigue teniendo su lugar en el corazón de muchos latinoamericanos.
Receta del pirulí cubano
Ingredientes: Azúcar, zumo de limón y saborizante (opcional)
Modo de preparación: Mezclas los ingredientes. Luego cocinas a fuego lento hasta que se vuelva espeso el caramelo. Después depositas la mezcla en los moldes de papel con forma de cono y, por último, colocas el palito en el centro.
Solo requiere de azúcar como materia prima fundamental y fue muy vendido en zonas escolares: los niños eran su principal público, pero esta golosina ha desaparecido prácticamente. Pese a ello, el pirulí es de los dulces caseros o postres típicos cubanos que aún persiste en la memoria de quienes lo probaron y, al mencionar la palabra, casi saborean su sabor característico.