La periodista cubana Julita Osendi Diaz denunció este lunes que fue víctima de un asalto mientras se encontraba en el malecón de La Habana. Según relata, mientras estaba disfrutando de unos minutos junto a su compañera Sady después de salir de la Embajada de España, fue «terrorísticamente» asaltada por un hombre descrito como «negro como el ébano, vestía muy bien: enguatada rosada, bermudas claras, tenis, gorra y buenas gafas ¡vaya! un dandy”.
Este incidente es solo uno más en una serie de robos y ataques que están ocurriendo con mayor frecuencia en las calles cubanas. Osendi señala que incluso estando atentas a sus pertenencias, los delincuentes parecen ser expertos graduados en hurto y robo con fuerza. La falta de seguridad es evidente en las calles, y esto afecta no solo a los ciudadanos comunes, sino también a los periodistas que tienen que trabajar en estas condiciones peligrosas.
El teléfono móvil de Osendi, su herramienta de trabajo, fue arrebatado por el delincuente. El dispositivo contenía miles de fotos familiares y contactos importantes para su labor periodística. En este sentido, la periodista explica cómo la inmediatez es crucial tanto en su trabajo como en su vida diaria, pero la falta de respuesta de las autoridades ante el incidente la dejó sin esperanzas de recuperar su teléfono.
La denuncia de Osendi ha recibido mensajes de apoyo y preocupación por la situación de la inseguridad en Cuba. Sin embargo, la comunicadora no solo culpa a los delincuentes sino también a la policía por su inacción ante esta situación. La falta de presencia policial y la falta de capacidad de respuesta resultan preocupantes en un país donde la seguridad ciudadana debería ser una prioridad.
Este incidente demuestra una vez más la realidad de la inseguridad en Cuba y sus efectos negativos en la población y los periodistas.
Es necesario que las autoridades tomen medidas para garantizar la seguridad de los ciudadanos y de aquellos que trabajan para informar al mundo sobre lo que ocurre en el país. La denuncia de Osendi debe servir como un llamado de atención para mejorar la situación actual y tomar acciones concretas para combatir la inseguridad en Cuba.
