Sigue la fiesta de los altos precios en Cuba y no vas a creer por cuanto anda ya una mano de plátanos burros

Redacción

Los precios de los alimentos en Las Tunas, provincia oriental de Cuba, han alcanzado niveles extremadamente altos, causando dificultades en la vida diaria de los trabajadores y pensionados.

Según un reporte de la prensa estatal, los precios son tan elevados que parecen de otro planeta. Por ejemplo, la libra de arroz alcanza los 160 pesos, la de malanga, 80; un solo plátano macho vale 30 pesos y una mano de plátano burro está en 100 pesos.

Un reportaje del periodista de televisión Gianny López Brito reveló que los altos precios se deben a viejos problemas en el sistema de agricultura, como la falta de una buena contratación, el impago a los productores y la no recogida en tiempo de los cultivos, que a menudo se echan a perder en los campos. A pesar de que el gobierno de Las Tunas había establecido topes de precios para algunos productos agrícolas, incluyendo los plátanos, esto no resolvió el problema.

«La experiencia ha demostrado que topar los precios de los productos agrícolas poco resuelve, porque o se violan a escondidas las tarifas o se desaparecen los productos de los habituales sitios de venta», admitió López Brito en su reportaje.

Además, el discurso oficial utiliza el eufemismo de «concertar» precios, pero en realidad se trata de una imposición a los productores y comercializadores, acusados de ser especuladores y los únicos responsables del aumento de los precios.

La crisis de precios de alimentos no se limita a Las Tunas, sino que se extiende por todo el país, afectando a grupos de población con menores ingresos económicos que la pasan aún peor. El escultor Luis Felipe Franco Laffite, en Matanzas, mostró en su muro de Facebook lo que puede comprar con su jubilación:

Un pomo de aceite o 26 huevos. Después de trabajar durante 50 años en el sector de la cultura, Franco se convirtió en una «persona vulnerable» debido a «las ‘bondades’ del régimen de los ‘Aseres'».

En La Habana, un anciano se paró en una céntrica calle de La Rampa a pedir comida, conmoviendo a las personas que transitaban por el lugar. Su cartel decía: «Yo soy un hombre solo que no le dan pensión. Tengo hambre».

La crisis de precios de alimentos en Cuba es un problema grave que afecta a los más necesitados. Los trabajadores y pensionados tienen dificultades para sobrevivir con salarios y jubilaciones que no alcanzan para cubrir los altos precios.

Las autoridades deben tomar medidas efectivas para resolver los problemas del sistema de agricultura y garantizar que los productos sean accesibles para toda la población, no solo para los que pueden pagar precios exorbitantes.