En un caso que ha despertado la preocupación de madres en Cuba, otra madre denunció haber encontrado trozos extraños en una compota infantil, lo que resultó en que su hija tuviera que ser hospitalizada después de vomitar cuatro veces seguidas.
El incidente fue compartido por Yohanna A A Baratuti, miembro del grupo de Facebook «MADRES CUBANAS POR UN MUNDO MEJOR», quien descubrió los «trozos prietos» en el fondo de un envase de compota que abrió antes de dárselo a su hija.
Según el testimonio de la madre, el contenido extraño en la compota era tan extraño que no pudo identificar qué era. Ella describió las sustancias negras como baba de caracol o algo similar. La madre expresó su indignación y frustración por la situación, afirmando que «están jugando con la salud de los niños. (…) No entiendo de qué manera salen las compotas así, un producto sellado, un producto para niños, por Dios».
Este incidente es el último en una serie de casos similares reportados en Cuba en las últimas semanas, lo que ha generado preocupación entre las madres. Muchas han tomado medidas preventivas, como abrir las compotas antes de dárselas a sus hijos. La falta de medidas preventivas por parte de las empresas fabricantes ha sido criticada por las madres, quienes temen que sus hijos puedan ser afectados por parásitos o bacterias en las compotas.
Numerosas madres expresaron su indignación en las redes sociales y recalcaron la importancia de garantizar la seguridad de los alimentos para niños. Algunas también señalaron que, a pesar de los problemas económicos del país, las empresas deberían garantizar la calidad de los productos que venden, especialmente los destinados a los niños.
El problema de la seguridad alimentaria es un tema importante en todo el mundo, especialmente cuando se trata de alimentos para bebés y niños pequeños. La situación en Cuba es especialmente preocupante, ya que el país está experimentando una crisis económica y las familias luchan por satisfacer las necesidades básicas.
La falta de acceso a alimentos de calidad es una realidad para muchas familias en Cuba, lo que ha llevado a la creciente preocupación por la seguridad alimentaria y la salud de los niños.
