Un hombre de origen cubano, Ángel Luis México, ha sido sentenciado a cadena perpetua por el homicidio del dueño de un bar en Houston. México, de 61 años, emboscó a Lamonte Bush, de 42 años, en junio de 2018 mientras hablaba con su esposa fuera del club nocturno que poseía en el área de Wayside.
Según los reportes policiales, México disparó a la víctima en la parte trasera de la cabeza. La jueza estatal de distrito Kristin Guiney escuchó el testimonio de varios testigos antes de emitir la condena.
México tiene un amplio historial criminal en Estados Unidos, país al que llegó procedente de Cuba como parte de los migrantes de la crisis del Mariel.
En 1981, fue enviado a prisión por apuñalar a una mujer en Minnesota. Dos años después, fue condenado por robo en Texas, y en 1987 lo sentenciaron a 25 años de cárcel por disparar contra oficiales de policía. Después de cumplir esa última condena, ingresó varias veces a una penitenciaría por otros actos violentos.
La fiscal del condado de Harris, Kim Ogg, afirmó que «esta fue una emboscada violenta y trágica de un padre y un empresario. Hemos trabajado durante cinco años para obtener justicia para la familia de esta víctima, y este fue el resultado correcto». La hija de Bush, quien al momento del crimen tenía nueve años y se encontraba sentada en la parte trasera del automóvil de su padre, identificó al asesino en el juicio.
En otro caso, un hondureño llamado Miguel Ruiz Lobo fue declarado culpable por el asesinato de una niña de 11 años utilizando un cuchillo en La Pequeña Habana. Ruiz Lobo trató de montar un supuesto acto de suicidio con heridas en las muñecas y la garganta, pero las investigaciones demostraron que la menor, llamada Martha Guzmán, no habría podido atentar contra su vida.
El estudio forense detectó una cortadura muy profunda hasta los tendones, un movimiento imposible para una persona con intenciones de suicidarse. Asimismo, se determinó que, por el tipo de cortaduras, ella no habría tenido la fuerza para herirse mortalmente en el cuello.