El martes pasado, representantes del Grupo Provincial de Enfrentamiento de La Habana, la Dirección Municipal de Inspección y el Equipo de Fiscalización y Control de Plaza de la Revolución realizaron una inspección en la Unidad Comercial Dulcinea-Acapulco, perteneciente a la Empresa Extrahotelera Palmares, así como en el Taller de mantenimiento Acapulco, ubicado frente a la dulcería. Según las fuentes oficiales, se encontraron varias irregularidades en ambos lugares.
En la dulcería, los inspectores encontraron una violación de precio en los bombones, así como 10 cajas de pollo equivalentes a 150 kgs y 4 tinas de helado retenidas (sin poner a la venta).
Además, se descubrió que otros 11 recipientes de helado fueron vendidos a un taxista por un precio de 2460 pesos cubanos cada uno, cuando la disposición del producto es la venta por bolas. Estas violaciones resultaron en la aplicación del Decreto 30.7 inciso k) al Jefe de Brigada de la UC Dulcinea-Acapulco, quien está en cautelar, por un importe de 10 mil pesos, mientras que al resto de los implicados se les impusieron las respectivas multas.
En el Taller de mantenimiento Acapulco, los inspectores hallaron cuatro envases de combustible de 20 litros, uno de ellos lleno, pertenecientes a la Fregadora de autos. Se descubrió que los trabajadores compraban y revendían el combustible a 200 CUP el litro. Además, se encontraron 1910 litros de aceite Cubalub envasados en tanques plásticos, así como una suma de dinero no especificada.
El organismo gubernamental indicó que la mercancía implicada fue decomisada y que los trabajadores multados están a la espera de las medidas administrativas de cada entidad correspondiente. Este incidente no es el primero de este tipo en la capital cubana. El año pasado, las autoridades emitieron varias informaciones similares sobre inspecciones, incluyendo la retención de 190 tubos de picadillo en una tienda de la Cadena CIMEX.
En abril de 2022, se creó un nuevo cuerpo de inspección en La Habana para abordar estas situaciones. Según un funcionario, esto se hizo «teniendo en cuenta las insatisfacciones mostradas por la población ante la labor desempeñada por la antigua Dirección de Supervisión y Control». El funcionario citó «algunos incidentes negativos y hechos extraordinarios que trajeron consigo que perdiera credibilidad la labor de los supervisores».