En Cuba, la crisis económica y el bloqueo impuesto por los Estados Unidos han generado una escasez de alimentos y una inflación desmedida. Según informes recientes, el precio de la leche en polvo ha alcanzado un récord histórico de 2000 pesos cubanos. Para muchos ciudadanos, especialmente jubilados y enfermos, la leche en polvo se ha convertido en un producto de lujo inaccesible.
Ante esta situación, los cubanos han expresado su indignación y frustración en las redes sociales y medios de comunicación. Uno de ellos, Jorge de Mello, hizo una publicación en Facebook donde expone su punto de vista: «¡El precio que mencionas es incluso más caro que el de un kilo de leche en polvo en Suiza! País con uno de los más altos salarios en Europa pero ¡también de los más caros! ¡Inconcebible!».
De Mello, un jubilado que próximamente cumplirá 70 años de edad, recibe una pensión de 1986 pesos cubanos al mes, lo que no le alcanza para comprar una bolsa de leche en polvo. «Después de buscarla durante varios días en los lugares más increíbles, porque aquí no se vende normalmente en tiendas y mercados como en cualquier otro país del mundo, ayer compré una bolsa de leche en polvo en 2000 pesos», relata.
La situación de De Mello no es un caso aislado. Muchos jubilados y enfermos han denunciado la falta de acceso a la leche en polvo y otros alimentos básicos. «Imagínense yo como jubilada de la Salud, solo devengo 1530 pesos, y eso que fui licenciada… Me autocompadezco y compadezco a los demás. La leche es un lujo, parece», se lamenta una cubana.
Además de la crisis económica, el bloqueo impuesto por los Estados Unidos ha generado una escasez de alimentos y medicinas en Cuba. Según las autoridades cubanas, el bloqueo ha causado pérdidas económicas por más de 147 000 millones de dólares desde su implementación en 1962. Esto ha limitado la capacidad de Cuba para importar alimentos y otros productos básicos.
Ante esta situación, los ciudadanos cubanos han expresado su frustración y han pedido soluciones a largo plazo. «Ni uno solo de los políticos de este país, esos que se autoproclaman revolucionarios y se han otorgado a sí mismos el derecho a decidir sobre todos los órdenes de nuestra vida, han sido capaces de presentar una propuesta de solución realista y efectiva», denuncia De Mello.
«Eso y más grave aún que la vejez indecorosa; los enfermos no reciben dietas médicas desde hace casi un año. Ni un miserable litro para salvar sus magras vidas. Al régimen, perdóneme por lo que sigue y usando el resbalillo proyanqui del puestoade’o– le importa un cojón lo que a su pueblo pase. Su estabilidad ad mortem es la única prioridad. Acabemos de digerirlo, a secas, sin café ni leche ni medicina», opinó una cubana.
