¿Dónde comprará el pueblo? Gobierno cubano sube los precios de decenas de productos y alimentos en las tiendas en MLC

Redacción

Las tiendas MLC en Cuba han sido objeto de controversia desde su creación, ya que aunque el gobierno las presentó como una solución temporal, la realidad es que parecen haber llegado para quedarse. Estas tiendas son las únicas medianamente abastecidas en Cuba, y los ciudadanos solo pueden adquirir alimentos, productos de aseo y otros bienes necesarios en ellas a cambio de Moneda Libremente Convertible.

En las últimas semanas, muchos clientes han expresado su malestar en las redes sociales por los precios cada vez más altos de algunos productos. Por ejemplo, el costo del pollo se ha duplicado o triplicado en algunas tiendas, llegando a superar los $10 MLC por entero, deshuesado o pechuga.

En el caso del cerdo, los paquetes pueden costar más de $20 MLC o hasta $50, dependiendo de la parte del animal que se adquiera. Además, el detergente, que antes se vendía por alrededor de $1 dólar, ahora se vende a $2.70 por paquete de 500 gramos.

Es cierto que la crisis económica provocada por la pandemia y la guerra en Ucrania han elevado los precios en todo el mundo. Sin embargo, la situación en Cuba es más alarmante debido a los desastrosos efectos de la llamada Tarea ordenamiento.

Además, históricamente el margen de ganancias de las corporaciones estatales Caribe y Cimex ha sido excesivamente alto, lo que ha generado una gran desconfianza en la población hacia estas empresas.

El gobierno cubano creó las tiendas en divisas con el objetivo de captar divisas, pero al principio solo vendían equipos eléctricos y electrodomésticos como lavadoras, split de aire acondicionado, refrigeradores, hornos, entre otros, y también las llamadas motorinas y bicicletas eléctricas.

Sin embargo, en pocos meses, prácticamente todos los establecimientos de las cadenas Caribe y Cimex pasaron a ser en divisas. Además, el gobierno anunció que estas tiendas también venderían alimentos y productos de aseo, lo que generó malestar en la población.

Ante las quejas de los ciudadanos, las autoridades aseguraron que los productos que se vendían en estas tiendas serían de alta calidad, pero esto dista mucho de ser cierto. La realidad es que estos productos no solo son caros, sino que también son de calidad inferior a la que se esperaría por su precio.

Por otro lado, la población se pregunta si estas tiendas seguirán siendo necesarias en el futuro. Es evidente que el gobierno necesita captar divisas para poder mantener la economía cubana, pero ¿a qué costo? ¿No sería mejor buscar otras formas de conseguir ingresos en vez de imponer a la población la obligación de comprar productos en una moneda diferente a la que reciben sus salarios.