El pasado viernes, se produjo un trágico accidente en la termoeléctrica Antonio Guiteras de Matanzas, donde cuatro trabajadores quedaron atrapados bajo los escombros tras el derrumbe de la chimenea de 110 metros de altura. Afortunadamente, dos de los trabajadores fueron rescatados con vida, y uno de ellos, Ángel Dionis Pérez Montolla, relató los angustiosos momentos que vivió atrapado bajo los escombros.
En una entrevista con el periódico local Girón, Ángel describió la experiencia como estar «enterrado vivo», pero a pesar de la angustia, nunca perdió el conocimiento.
«Es como estar enterrado vivo, es como estar en un hueco metido y que le echen tierra arriba, o algo peor. Me dio por gritar y grité, y me di cuenta que cuando gritaba el polvo entraba, y dije: ‘Yo no puedo perder el aire que tengo aquí, yo tengo que calmarme, al menos estoy vivo, no me he muerto», confesó.
Él contó que logró sacar ladrillo a ladrillo con una mano y una pala que se le enterró en la pierna para liberarse.
«Me dijo: ‘Coño, dame la mano, tócame, no te duermas, no te duermas’. Empezó a conmigo a sacar ladrillos, él sacando un ladrillo, yo otro, y yo explicándole: ‘Toca aquí, saca aquí’. Hasta que al final le dije: ‘Si me puedes parar, porque no siento las piernas, yo logro sacar un pie’. Y pa’lante y pa’trás, él me fue quitando los ladrillos, logré sacar un pie y le dije: ‘Tengo una pierna buena, vamos a ver si la otra me responde’. Y me sacó unos ladrillos que tenía ahí y sacó la pierna, me paré, pero las piernas no aguantaron, me caí y me sacaron», relató.
Finalmente, logró liberarse y fue rescatado junto con otro compañero de trabajo.
Sin embargo, el cuerpo sin vida de Alexis Bernardo Labrada Junco fue recuperado por los rescatistas ese mismo día. Junco era un trabajador de 47 años, natural de Granma y residente en el municipio de Matanzas. Es un recordatorio triste de que los accidentes laborales pueden ser fatales y la importancia de la seguridad en el lugar de trabajo.
El caso de Ángel Dionis Pérez Montolla es un ejemplo de valentía y perseverancia en medio de la adversidad. A pesar de las dificultades, nunca perdió la esperanza y luchó por su vida hasta que fue rescatado. Este tipo de historias son inspiradoras y nos recuerdan la fortaleza de la naturaleza humana.
Actualmente, Ángel se está recuperando de sus heridas en el Hospital Faustino Pérez de Matanzas. Según Taymí Martínez Naranjo, directora de la institución hospitalaria, Ángel está en observación por 24 horas. A pesar de haber sufrido un trauma craneal simple y una luxación de cabeza y radio derecho, sus heridas no representan un peligro para su vida.
Por otro lado, Maikel López Navarro, el segundo trabajador rescatado, sufrió una fractura de pelvis y también está recibiendo atención médica en el mismo hospital.