En Cuba, como en cualquier parte del mundo, existe una gran cantidad de tiendas de comestibles que se dedican a la venta de alimentos exóticos y de alta calidad, conocidas como delicatessen. En La Habana, más específicamente, se encontraba una de las tiendas más famosas de este tipo: La Casa Potin.
Fundada en el siglo XIX, la Casa Potin de O’Reilly tuvo como primer dueño a Louis Brunshwing, un francés que se dedicaba a la venta de alimentos y medicamentos de alta calidad. Sin embargo, en 1920, la propiedad pasó a manos del español Francisco Echevarri, quien expandió el negocio y se adueñó de “El Moderno Cubano”, una pastelería ubicada en La Habana Vieja.
Con el éxito y la expansión del negocio, apareció la segunda tienda de la Casa Potin, ubicada en el municipio Vedado de la ciudad de La Habana. Allí, los habaneros podían encontrar una gran variedad de alimentos de alta calidad, desde chocolates suizos, bombones y confituras importadas, hasta panes, carnes, champagne, licores, embutidos, vinos, quesos y todo tipo de ingredientes necesarios para una comida especial.
La Casa Potin era conocida por su representativo cocinerito y tenía dos sedes, la primera ubicada en la calle O’Reilly y la segunda en el municipio Vedado, específicamente en Paseo y Línea. En este lugar, se encontraba el restaurante “El Potin”, que se hizo famoso por sus deliciosas comidas y, en verano, por sus helados y sándwiches que se servían en la terraza. En invierno, el chocolate caliente era la opción ideal para combatir el frío.
A pesar de que la Casa Potin fue un negocio en expansión que mantuvo su éxito hasta la primera mitad del siglo XX, hoy en día no existen lugares en La Habana que ofrezcan exquisiteces como las que ofrecía esta tienda. Sin embargo, el restaurante “El Potin” ubicado en las céntricas calles de Línea esquina a Paseo todavía queda en la memoria de muchos habaneros. Allí, se solía merendar después de asistir al cine “Trianon”, ubicado al cruzar la calle Línea.