La reconocida cantante cubana, Dianelys Alfonso Cartaya, también conocida como La Diosa de Cuba, ha causado revuelo en las redes sociales tras sufrir un ataque de risa durante una de sus últimas transmisiones en vivo en Instagram. La artista, quien había pedido ayuda a sus seguidores para elegir su primer automóvil en Miami, visitó un concesionario esta semana, pero regresó a casa con las manos vacías.
En el video, La Diosa admite que no se siente segura comprando un auto por el momento. «El carro que quería era muy costoso. El hombre me decía ‘pero Diosa, cada vez que tú señalas algo vale un camión de dinero y tú no tienes crédito para eso’. Cada vez que señalaba uno, costaba alrededor de 200 mil dólares, y no tengo crédito para eso todavía», explicó la artista entre risas.
Los seguidores de La Diosa le habían sugerido que comprara un Land Rover, pero ella también se interesó en un Jaguar, que resultó ser aún más costoso. «Yo viré con un insulto», comentó la cantante, mientras su esposo, Rey El Mago, bromeaba sobre un Lada en oferta en el concesionario.
La Diosa de Cuba es conocida por ser honesta con sus seguidores y aclaró que no puede pagar el auto que desea actualmente, ni tampoco lo puede financiar. En un video anterior, la cantante había mostrado los automóviles que estaba considerando.
«Vamos a ver cuándo puedo tener el carro que yo quiero. Cuando yo pueda lo tendré. Ahora mismo lo que yo quiero no lo puedo tener porque no tengo crédito para eso, ustedes saben que yo les soy honesta y pagarlo al cash tampoco puedo”, aclaró.
Es importante mencionar que La Diosa de Cuba llegó a Miami en enero pasado con su familia gracias al parole humanitario, un programa migratorio anunciado por la actual administración de Joe Biden que beneficia a personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Por otro lado, la artista tiene programado su primer concierto el próximo 22 de abril a las 9:00 pm en el Watsco Center de Coral Gables. Con su talento y carisma, La Diosa de Cuba sigue conquistando al público y demostrando que la música no tiene fronteras.