El Consejo Electoral Nacional de Cuba anunció que la participación en las pseudo elecciones parlamentarias de este domingo ascendió al 70,34% del censo electoral a las 17 horas locales. Esta cifra es 8,23 puntos porcentuales menor que la registrada en los comicios parlamentarios de 2018, en los que resultó electo el actual dictador cubano, Miguel Díaz-Canel.
A pesar de que los colegios electorales permanecieron abiertos dos horas más, no se esperan más datos durante esta jornada, según indicó la presidenta del CEN, Alina Balseiro. Es posible que se publiquen datos preliminares el día lunes.
Cabe destacar que en Cuba, los partidos políticos de oposición están prohibidos y el voto no es obligatorio. Para la activista cubana Carolina Barrero, esta votación ni siquiera se puede considerar como tal, ya que no se elige nada, sino que es un ejercicio de ratificación de listas cerradas ordenadas por el propio Partido que se auto elige. Barrero también denunció que la última vez que los cubanos votaron en elecciones libres fue en 1948, por lo que llevan 70 años sin poder elegir libremente.
En este contexto, los cubanos decidieron dejar de votar por cansancio, falta de credibilidad en el régimen y conciencia política, ya que entienden que no votar es la forma que tienen de expresar su rechazo a la dictadura.
No obstante, el resultado de estas elecciones es absolutamente predecible, ya que el objetivo es renovar la Asamblea Nacional del Poder Popular que nominará al presidente. De esta manera, Miguel Díaz-Canel será reelegido sin sorpresa alguna.
Es importante destacar que esta votación careció de los valores que convierten a una elección en democrática. Los candidatos fueron elegidos a dedo y no hubo campaña electoral ni observación internacional seria. Además, la oposición no pudo participar en esta votación.
Los llamados a la abstención se concentraron en las redes sociales, y algunos miembros de la oposición denunciaron irregularidades en el proceso electoral. Manuel Cuesta Morúa, miembro del Consejo para la Transición Democrática en Cuba, pidió estar atentos a las “matemáticas electorales del gobierno”, ya que la asistencia se incrementó de manera sospechosa en menos de dos horas. Morúa también denunció que él y otra activista fueron detenidos para impedir su participación en el escrutinio, y que sus casas estaban sitiadas.