La postura de la directiva del equipo Marlins de Miami durante el partido entre Cuba y Estados Unidos en el Clásico Mundial de Beisbol ha generado indignación entre varias organizaciones de exiliados cubanos. A través de las redes sociales, se denunció que la seguridad del estadio no permitía la entrada de pancartas o mensajes en la ropa que expresaran denuncias sobre la falta de libertad y democracia en Cuba. Además, dentro del estadio, se les prohibió mostrar las expresiones de denuncia.
A pesar de la presión de los elementos de seguridad, los aficionados cubanos lograron arremeter contra el gobierno cubano con carteles y gritos a viva voz que reclamaban libertad. Según Telemundo 51, la directiva de los Marlins reaccionó a lo sucedido con un comunicado en el que explicaba que la política del Clásico Mundial de Beisbol prohíbe los mensajes políticos en todos los juegos y en todas las instalaciones para centrar la atención en la competencia en el terreno.
Los Marlins también expresaron que las pancartas en el estadio debían cumplir ciertos requisitos, como no superar los 3×5 pies en tamaño, no interferir en el juego o afectar a los invitados, no tener publicidad ni contenido político o económico, ni lenguaje irrespetuoso. Según la directiva, los mensajes de «Patria y Vida» no entraban en la categoría de comentario político y debían ser admitidos.
Sin embargo, muchos consideran que lo sucedido el domingo en el estadio de los Marlins limita la libertad de expresión y que el hecho de que sea una empresa privada que brinda espectáculos públicos masivos, como son los juegos de beisbol, no les da el derecho a reprimir la libre expresión que está protegida por la Constitución de Estados Unidos.
Los Marlins se defendieron de las críticas diciendo que fueron flexibles y se permitió a los asistentes manifestarse y que no se le negó la entrada a ningún asistente.