Cubanos confrontan a Víctor Mesa en el estadio de los Marlins a gritos de “Chivatón”

Redacción

El deporte es una de las actividades humanas más universales, capaz de unir a personas de diferentes culturas, religiones y políticas en torno a un objetivo común. Pero, ¿qué sucede cuando el deporte se politiza? ¿Debería el deporte separarse de la política?

Estas preguntas surgen tras la confrontación que un grupo de cubanos tuvo con el ex pelotero Víctor Mesa durante la semifinal del V Clásico Mundial de Béisbol en el estadio de los Marlins. Los fanáticos asistentes al juego contra EE.UU. confrontaron a Mesa por su postura en defensa del régimen de La Habana, llamándolo «chivatón» y pidiéndole que se fuera del estadio.

Mesa, quien integró las selecciones de béisbol de Villa Clara y de Cuba, ha mantenido una postura en defensa del régimen cubano, incluso después de llegar a Miami. En 2020, realizó unas polémicas declaraciones durante un programa deportivo de Univista TV en las que admitió ser «comunista» y «chivatón».

A pesar de que el deporte ha sido históricamente un ámbito en el que se ha evitado hablar de política, es innegable que el deporte y la política se encuentran estrechamente ligados. La historia está llena de ejemplos de cómo la política ha utilizado el deporte como una herramienta para conseguir sus fines.

Desde los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, donde el régimen nazi intentó utilizar el evento para demostrar la superioridad de la raza aria, hasta el boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 por parte de los países occidentales en protesta por la invasión soviética de Afganistán, la política ha sido una constante en el mundo deportivo.

Aunque es comprensible que los fanáticos cubanos confrontaran a Mesa por sus posturas políticas, también es importante recordar que el deporte debería ser un ámbito en el que se pueda disfrutar de la competencia sin importar las diferencias políticas.

En este sentido, el ejemplo de la selección de béisbol de Cuba es interesante. A pesar de las diferencias políticas entre Cuba y EE.UU., el béisbol ha sido capaz de unir a ambas naciones en torno a un deporte que es querido por ambos pueblos.