El presentador cubano Alexander Otaola está tomando medidas legales contra un joven que lo imita en anuncios comerciales. El joven, Yaniel Castillo, ha sido advertido previamente por Otaola de que no utilice su imagen para promocionar productos relacionados con la dictadura cubana. Sin embargo, en un reciente video, Castillo y otro hombre parecían estar promocionando al equipo Cuba de béisbol que jugará en Miami en el Clásico Mundial. Esto llevó a Otaola a presentar una demanda contra él.
Otaola explicó que no tiene nada en contra de la imitación de Castillo y, de hecho, lo felicitó por su habilidad para hacer el personaje. Pero no puede permitir que su imagen se vincule con actividades relacionadas con la dictadura cubana. Otaola dijo que había hecho la advertencia previa y que no podía aceptar que Castillo promocionara el equipo Cuba de béisbol.
El presentador cubano aseguró que mantendría a sus seguidores informados sobre el caso y que iría con todo en su demanda contra Castillo.
Este caso ilustra un problema común en el mundo de la imitación y la comedia. Cuando se imita a alguien, puede ser fácil asociar la imagen de la persona imitada con actividades que pueden ser inapropiadas o dañinas para su reputación. Por eso, es importante que los imitadores tengan cuidado con lo que hacen con la imagen que están imitando.
En este caso, Otaola dejó claro que no tenía nada en contra de la imitación en sí misma, sino que estaba preocupado por cómo su imagen estaba siendo utilizada. Esto es importante porque muestra que la libertad de expresión y la creatividad no están en juego aquí. Lo que está en juego es la imagen pública de una persona y cómo se usa sin su consentimiento.
Es cierto que la imitación es una forma de homenajear a una persona o de hacer reír a la gente, pero también puede ser una forma de difamación si se utiliza de manera incorrecta. En este caso, el imitador de Otaola no tuvo en cuenta las advertencias que se le dieron y utilizó la imagen del presentador de manera inapropiada.