La sucursal de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) de Cuba en Santiago ha anunciado que alquilará algunos de sus locales comerciales a negocios privados. Sin embargo, se ha destacado que la EGREM mantendrá el control de la programación cultural y otras cuestiones. Esto ha generado reacciones encontradas en redes sociales, donde algunos usuarios han señalado que esto es una especie de capitalismo bajo la marca del Partido Comunista de Cuba. Otros cubanos han expresado su preocupación de que el estado esté cediendo su control sobre estos espacios culturales.
En cualquier caso, esta medida tiene sentido, ya que la EGREM es la casa discográfica más antigua de la isla, fundada en 1964, y aparentemente está necesitada de «divisa fuerte» y más capital para enfrentar las consecuencias de la crisis social y económica en la isla. Esta medida podría proporcionar una fuente de ingresos para la EGREM y, al mismo tiempo, permitir que los negocios privados tengan la oportunidad de utilizar estos locales para sus fines.
Los locales que están en licitación son el «Patio Los Dos Abuelos», Albumkafé Enramadas, el Bar Bohemio, el Iris Jazz y el sitio «Alegrémonos». La EGREM ha dejado claro que mantendrá su personal de trabajo en estos centros, así como la programación cultural y el nombre de cada institución. Los interesados deberán presentar sus proyectos y solicitudes en la dirección de la UEB ubicada en calle San Félix No. 367 entre Trinidad y San Germán, dirigiéndose al Departamento Comercial o al Departamento Jurídico.
El proyecto debe presentarse en formato digital e impreso, y debe especificar el tipo de servicio que se propone, el horario, las fuentes de abastecimiento principal para el negocio y los medios y útiles con los que se cuenta para el servicio. Esto asegurará que los interesados presenten propuestas detalladas y bien pensadas que sean beneficiosas tanto para ellos como para la EGREM.
Es importante destacar que la EGREM no está cediendo su control total sobre estos locales. Mantendrá el control de la programación cultural y otras cuestiones importantes, lo que significa que los negocios privados no podrán hacer lo que quieran en estos espacios.