Jacquelín Santos García es una migrante cubana que buscaba un mejor futuro para su familia y terminó varada en México junto a su hija de 14 años después de una peligrosa travesía. En una entrevista, Jacquelín explicó que vivió en Uruguay por seis años, pero decidió emprender un periplo hacia los Estados Unidos sin saber que serían abandonadas por los coyotes en la selva del Darién.
Después de dos meses de viaje, Jacquelín y su hija llegaron a Guatemala y pagaron $300 dólares para ingresar a Tapachula, donde han quedado varadas en espera de una visa humanitaria que les permita llegar a los Estados Unidos. Jacquelín confesó que tiene miedo de cruzar la frontera con su hija y de las dificultades que se les presentarán.
“Es difícil salir de tu país dejando tantos valores y a la familia detrás. Yo les digo a todos que no sé qué salir a buscar porque solo encontré mucho trabajo, mucha agonía, mucha tristeza”, dijo al romper en llanto.
Los cubanos que buscan una vida mejor en otros países enfrentan muchos peligros en sus viajes irregulares. Hace poco, se dio a conocer el secuestro de una migrante cubana de 40 años en Ciudad de México. Los secuestradores pidieron un rescate a los familiares de la víctima y la abandonaron en una zona rural cuando se venció el plazo para el pago. La migrante fue encontrada por un residente local y luego solicitó el auxilio de las autoridades.
La historia de Jacquelín es un claro ejemplo de los peligros que enfrentan los migrantes cubanos y de los sacrificios que hacen para buscar una vida mejor. La migración cubana ha aumentado en los últimos años debido a la difícil situación económica y política en la isla. Miles de cubanos han abandonado su país en busca de un futuro mejor, pero muchos de ellos terminan varados en otros países, enfrentando peligros como el secuestro y el tráfico de personas.
Jacquelín es una madre soltera que buscaba un mejor futuro para su hija. Su historia nos recuerda la importancia de proteger y apoyar a los migrantes, especialmente a aquellos que huyen de situaciones difíciles en sus países de origen. El derecho a buscar una vida mejor es un derecho humano fundamental, y todos debemos trabajar juntos para garantizar que se respete y proteja este derecho.