La denuncia de una mujer cubana sobre haber sido estafada en la popular feria de mercado negro «La Cuevita» en San Miguel del Padrón ha causado revuelo en las redes sociales. La mujer compró un envase sellado de aceite, pero al abrirlo descubrió que en realidad contenía agua avinagrada. Este tipo de estafas no son nuevas en la meca del mercado negro, y en los comentarios del post se pueden encontrar otros casos similares.
«Por favor, a las personas que viajan a La habana a La Cuevita en los camiones de Cárdenas, que no vayan a comprar aceite, me acaban de estafar, el pomo sellado embarrado por fuera y es agua avinagrada», denunció en Facebook.
Aunque algunos usuarios criticaron a la mujer por no revisar el producto antes de comprarlo, ella explicó que el envase estaba completamente sellado y que no había manera de sospechar de la adulteración del aceite. Además, la escasez de aceite para cocinar en Cuba en los últimos meses ha llevado a los ciudadanos a intentar adquirirlo en el mercado negro a precios exorbitantes. Sin embargo, esta práctica también ha llevado a muchos a adulterar el líquido con elementos perjudiciales para la salud.
En Sancti Spíritus, se trascendió la venta de un aceite supuestamente adulterado con aceite de avión o de transformadores, lo cual puede causar dolor de garganta y abdominal, sangre en las heces, diarreas, náuseas y vómitos, entre otros síntomas. Sin embargo, el Ministerio del Interior (MININT) y el Centro de Higiene y Epidemiología negaron tener casos reportados de intoxicación por esta causa en las instituciones sanitarias del territorio.
A pesar de los riesgos para la salud, la demanda de aceite sigue siendo alta en Cuba y el precio en el mercado informal sigue subiendo. Según reportes de medios oficiales, el litro de aceite se ha cotizado en semanas anteriores a más de 1,500 pesos, lo cual es un precio exorbitante.
La situación del mercado negro en Cuba es un reflejo de la crisis económica que está sufriendo el país, agravada por la pandemia de COVID-19. La escasez de productos básicos ha llevado a muchos ciudadanos a buscar alternativas en el mercado negro, donde los precios son más altos pero al menos hay oferta. Sin embargo, esto también ha llevado a una mayor exposición a productos falsificados o adulterados, lo cual puede poner en peligro la salud de los consumidores.