El actor cubano Alberto Pujol compartió recientemente un mensaje en sus redes sociales en el que habla sobre su carrera y su vida personal. A pesar de que este mensaje parece inocente y sin controversia, la realidad es que se enmarca dentro de un contexto en el que el Gobierno cubano ha aumentado la represión contra los artistas y las voces disidentes.
En su publicación, Pujol habla sobre cómo nunca ha sido un personaje duro como el Tavo de la serie Su propia guerra, a pesar de que este personaje lo llevó a la fama en Cuba en los años 90. Esta afirmación parece ser una forma de alejarse de la imagen de un hombre violento y peligroso que muchos asociarían con la disidencia en Cuba.
«Nunca he sido Supermán, ni el Tavo, ni un tipo duro, nada que ver con el tipo que imaginan o que quieren. He dado como he podido, cuanto me han permitido, que ya no arrebato nada, y no voy a llorar de amor, aunque me duela la vida, como a casi todo el mundo», dijo.
Sin embargo, más allá de esta afirmación aparentemente inocua, se puede leer entre líneas que Pujol es consciente de que hablar en contra del Gobierno podría ponerlo en peligro. En un país en el que los artistas y los activistas son perseguidos y encarcelados por expresarse libremente, es comprensible que muchos prefieran mantener un perfil bajo.
Pujol también habla sobre su esposa en su publicación, describiéndola como alguien que lo quiere hacer feliz a toda costa. Aunque esto puede parecer una simple muestra de amor y afecto, es importante recordar que en Cuba, las parejas que no están casadas no tienen derecho a vivir juntas legalmente, lo que significa que muchas parejas se ven obligadas a separarse o a vivir escondidas para evitar la represión del Gobierno.
En otro momento de su publicación, Pujol habla sobre el premio que recibió en octubre pasado de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Estados Unidos, y honra la profesión de los artistas como un grupo de locos que nadie entiende cómo se llenan la barriga y pagan los billes con sueños. Aunque esto puede parecer una declaración inocente sobre la vida del artista, en el contexto de Cuba, donde los artistas son perseguidos y censurados por el Gobierno, esto puede ser interpretado como una crítica al régimen.
Es importante recordar que en los últimos años, el Gobierno cubano ha intensificado su represión contra los artistas y los activistas, incluso encarcelando a muchos de ellos por hablar en contra del régimen. En este contexto, cualquier crítica, incluso aparentemente inocente, puede ser considerada como un acto de disidencia y puede poner en peligro la seguridad y la libertad de las personas que se atreven a expresarse
