La situación económica de Cuba y la malnutrición de las embarazadas en todo el país son una preocupación creciente. La falta de alimentos y proteínas es especialmente grave durante el embarazo, lo que puede resultar en complicaciones en el nacimiento y el peso del recién nacido. Como resultado, algunos gobiernos provinciales han tomado medidas para solucionar la escasez de alimentos en esta etapa crítica.
El Gobierno de Matanzas anunció esta semana en sus redes sociales que incorporará nuevos productos a su sistema de distribución y comercialización en marzo, incluyendo algunos para ayudar a las embarazadas con malnutrición. Según el anuncio, las 1749 embarazadas y los 1117 niños con dietas con problemas de malnutrición en la provincia recibirán un filete de huevo de codorniz y dos cremas de mango, además de un kilogramo de picadillo y dos paquetes de galletas para los niños con dietas médicas por bajo peso.
Además, las Tiendas Caribe distribuirán leche condensada o evaporada a los niños de 7 a 13 años en nueve municipios de la provincia, y también se venderán “cuatro bolsas de refresco Coral” a esos mismos niños. Estas medidas tienen como objetivo combatir la crisis de alimentación que está afectando a Cuba, pero aún queda por ver si serán suficientes para solucionar el problema a largo plazo.
Matanzas también ha tomado la decisión de quitar algunos productos de la feria comercial y acercarlos a los barrios para incorporar otros productos y seguir acercándolos a la comunidad. Aunque las masas de las pizzas cubanas se mantendrán en el sistema de pizzerías para garantizar la presencia del producto en esas entidades.
Geobel Quintero Hernández, coordinador del Gobierno en la provincia de Matanzas, explicó a la prensa local que se venderán mil módulos dos veces a la semana de manera escalonada en el Consejo Popular. Cada módulo contiene una jaba con panes, coscorrones y palitroques. Estas medidas parecen ser un primer paso en la dirección correcta, pero se necesitará una solución más integral para resolver la crisis de alimentación en Cuba.
La crisis de alimentación en Cuba no es un problema nuevo. Durante décadas, la economía cubana ha estado en dificultades, lo que ha llevado a una falta crónica de alimentos y otros bienes básicos. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado la situación, ya que el turismo, una de las principales fuentes de ingresos de Cuba, se ha detenido casi por completo. Además, las sanciones impuestas por Estados Unidos han tenido un impacto significativo en la economía cubana.