En Cuba, la situación de los derechos humanos sigue siendo un tema muy preocupante. Y esta semana, un grupo de presas políticas cubanas ha demostrado valentía al enviar una carta a Miguel Díaz-Canel, presidente designado de Cuba, con la esperanza de una liberación. Sin embargo, esta acción no fue bien recibida y las mujeres que firmaron la misiva con su propia sangre ahora enfrentan represalias dentro de la prisión.
De acuerdo con el reporte de la activista cubana Betty Guerra Perdomo, la presa política Lizandra Gongora confirmó que ella y las demás mujeres fueron llevadas a corte dentro de la prisión. Gongora grabó un audio desde su celda en La Habana para denunciar la situación, que luego fue compartido en redes sociales por un familiar de presos políticos.
En su mensaje, Gongora señala que ella y las demás mujeres son parte de las «#PresasDeCastro», en referencia al régimen cubano, y que su valentía al firmar la carta con su propia sangre les ha costado represalias dentro de la prisión. Este es un ejemplo más de cómo las autoridades cubanas limitan la libertad de expresión y la disidencia política.
La carta en cuestión fue publicada en Facebook por la periodista cubana Mónica Baró Sánchez y se hizo viral rápidamente. La misiva fue escrita por diez presas políticas del centro penitenciario El Guatao en La Habana y dirigida a Díaz-Canel y a los representantes de la iglesia católica en el mundo. La carta fue escrita, firmada y sacada de la prisión de forma clandestina, lo que evidencia la difícil situación que enfrentan los presos políticos en Cuba.
En su publicación, Baró Sánchez destacó la fe en la liberación y la firmeza en sus ideas de las diez firmantes, todas manifestantes del 11 de julio, en referencia a las manifestaciones históricas en Cuba que se llevaron a cabo en el verano de 2021. La valentía de estas mujeres ha sido reconocida por muchos, incluyendo a la periodista, quien afirmó que «para mí es un honor sacarlo a la luz».