La modelo cubana Lisandra Lizama hizo una declaración pública el 3 de marzo anunciando su separación del empresario Mauricio Diez Canseco, en medio de acusaciones de «maltrato psicológico, acoso y hostigamiento». Lizama explicó que ya no está en una relación con el empresario y que tampoco tienen vínculos laborales. Además, afirmó que salió voluntariamente de la casa que compartían después de diez meses juntos.
Lizama también explicó que intentó denunciar a Diez Canseco en la comisaría de Miraflores, pero la policía no le permitió hacerlo. La modelo teme por su seguridad y asegura que no cuenta con las garantías necesarias para contrarrestar cualquier atentado que pueda sufrir por parte de su cónyuge o de cualquier otra persona.
En su comunicado, Lizama le hace un llamado al empresario para que desista de seguir vigilando su vida. La modelo explica que su objetivo es su tranquilidad emocional y la de su madre, quien también se ha visto afectada por la situación.
Lisandra Lizama y Mauricio Diez Canseco se conocieron en Cuba durante la pandemia del coronavirus, y la modelo dijo que se enamoró de él. La pareja contrajo matrimonio en Lima, y según la modelo, todo parecía perfecto al principio.
La declaración pública de Lizama ha generado controversia en las redes sociales y ha sido noticia en varios medios de comunicación. Muchos usuarios de redes sociales han mostrado su apoyo a la modelo, mientras que otros han cuestionado la veracidad de sus declaraciones.
En cualquier caso, las acusaciones de Lizama subrayan la importancia de la lucha contra la violencia de género en Perú y en todo el mundo. La violencia psicológica, el acoso y el hostigamiento son formas de violencia que a menudo se pasan por alto, pero que pueden tener graves consecuencias para la salud mental y emocional de las víctimas.
En Perú, la violencia de género es un problema grave y persistente que afecta a mujeres de todas las edades, clases sociales y regiones del país. Según un informe de la ONU, el 68% de las mujeres en Perú han sufrido algún tipo de violencia de género en su vida, y solo el 5% de los casos de violencia sexual y física son denunciados a las autoridades