Hoy se celebra el cumpleaños número 51 de Blanca Rosa Blanco, una de las actrices más populares y hermosas de Cuba. A lo largo de su carrera ha interpretado todo tipo de personajes, desde villanas hasta esposas amorosas, siempre destacando por su entrega a la psicología y las contradicciones de cada uno de ellos.
Nacida en La Habana en 1972, desde muy joven supo que su vida estaría dedicada al arte, y así optó por estudiar en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte (ISA), donde se graduó en 1995. Durante su etapa estudiantil tuvo el privilegio de trabajar bajo la dirección de nombres tan reconocidos como Vicente Revuelta, José Antonio Rodríguez y Roberto Blanco.
El teatro ha sido fundamental en su formación como actriz y la ha hecho crecer más allá de las tablas. En la televisión se consagró y se dio a conocer en toda Cuba gracias a sus papeles en telenovelas, series policíacas, aventuras y presentaciones de festivales y eventos musicales. También ha participado en varios filmes, incluyendo Páginas del diario de Mauricio, El premio flaco, Habanastation, Juan de los muertos y La película de Ana.
Hace tres años emprendió un nuevo reto en su carrera al dirigir y protagonizar su ópera prima, el thriller policial El regreso, convirtiéndose en la cuarta mujer en dirigir un largometraje de ficción en Cuba. Su talento ha llevado a algunos a considerarla como el nuevo rostro del cine cubano, aunque ella se muestra humilde y agradecida con los actores que han sido iconos antes que ella.
Para Blanca Rosa Blanco, la literatura y el cine son dos de sus grandes pasiones, y se nutre de las buenas historias y las acertadas interpretaciones y direcciones. También ama estar viva, ser madre, hija y estar presente para las personas que la quieren y respetan.
A pesar de su fama, Blanca Rosa Blanco se muestra sencilla y alejada de la actitud de diva, lo que la ha convertido en una de las actrices más queridas por el público cubano. Sin embargo, no ha estado exenta de malos momentos, como la muerte de su padre, la vejez de sus abuelos, la partida de su hermana mayor y sus hijos a España, separaciones que han sido inevitables y dolorosas.
A pesar de los altibajos de la vida, Blanca Rosa Blanco sigue adelante, aferrada a las personas que la acompañan en su camino: su hijo, su madre, su hermano y su pareja. Su dedicación al arte y su amor por la vida la han convertido en una figura inspiradora para muchas personas.
