La industria cárnica estatal de Cienfuegos ha encontrado una solución innovadora para el déficit de harina de trigo en el país: elaborar embutidos con harina de arroz, yuca y maicena. Según reportes de la prensa local oficialista, esta iniciativa ha tenido buenos resultados y ha sido bien aceptada en centros recreativos.
Sin embargo, ¿realmente es una solución a la escasez de alimentos en Cuba? ¿Es ético utilizar harina de arroz y yuca para elaborar embutidos en lugar de destinar esos recursos a la producción de alimentos básicos como el pan y las galletas?
Es comprensible que el gobierno cubano esté buscando alternativas para paliar la crisis alimentaria que atraviesa el país, pero no se puede ignorar que estas «inventivas» pueden tener consecuencias negativas en la salud de los consumidores y en la calidad de los productos alimenticios.
La harina de arroz y yuca son ingredientes comunes en la cocina cubana, pero su uso en la producción de embutidos es cuestionable. La carne es una fuente importante de proteína y nutrientes, pero al mezclarla con harinas de baja calidad se está disminuyendo su valor nutricional y aumentando la cantidad de carbohidratos.
Además, es importante recordar que la calidad de los alimentos es crucial para prevenir enfermedades. ¿Cómo se puede garantizar que estos embutidos elaborados con harina de arroz y yuca cumplen con los estándares de calidad e higiene necesarios?
Por otro lado, la utilización de harina de arroz y yuca para la producción de embutidos también plantea dudas sobre la ética de la medida. ¿Es justo utilizar estos recursos para la producción de alimentos no esenciales en lugar de destinarlos a la producción de pan y otros productos básicos que son necesarios para la subsistencia de la población?
No es la primera vez que se han implementado medidas creativas para paliar la crisis alimentaria en Cuba. En Las Tunas, se producen croquetas de pescado con harina de yuca, en Cienfuegos se han retomado la producción de lácteos utilizando soya, maicena y arroz, y en Camagüey se utilizan harina de arroz, yuca y suero lácteo para aumentar la oferta de alimentos.
Sin embargo, estas medidas improvisadas no pueden ser la solución a largo plazo. Es necesario abordar las causas subyacentes de la crisis alimentaria en Cuba y buscar soluciones sostenibles y éticas para garantizar el acceso a alimentos de calidad para toda la población.