En medio de la peor crisis económica y social que ha sufrido Cuba en décadas, el gobernante Miguel Díaz-Canel ha hecho una promesa vacía de prosperidad para el país. Durante su visita a Santa Clara, el mandatario habló con los ciudadanos sobre los problemas que enfrentan, como la inflación, los problemas en la comercialización de productos agropecuarios y los servicios hidráulicos, la necesidad de elevar la participación popular, y el estado de los viales. En lugar de ofrecer soluciones concretas, Díaz-Canel solo habló de la necesidad de hacerlo «entre todos» y afirmó que «hay mucho por hacer».
El gobernante también habló sobre las próximas elecciones a delegados de la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba, las cuales calificó como el proceso político más importante de 2023. A pesar de las crecientes críticas sobre el sistema electoral cubano, Díaz-Canel defendió el proceso y afirmó que la compleja situación nacional, marcada por «el bloqueo» y una «intensa campaña mediática», es la culpable de cualquier problema.
Sin embargo, la verdadera razón detrás de la difícil situación económica y social de Cuba es la ineficiencia del gobierno y su falta de capacidad para enfrentar los desafíos que enfrenta el país. El sistema político cubano no permite la libre elección de líderes y los ciudadanos no tienen voz en las decisiones que afectan sus vidas. En lugar de ofrecer soluciones concretas, el gobierno cubano parece contentarse con culpar a factores externos por sus fracasos.
En lugar de prometer prosperidad vacía, el gobierno cubano debe tomar medidas concretas para mejorar la vida de sus ciudadanos. Debe mejorar la infraestructura, invertir en la educación y la atención médica, y fomentar la innovación y el emprendimiento. También debe permitir la libre elección de líderes y la creación de partidos políticos, para que los ciudadanos tengan una verdadera voz en el futuro de su país.
En conclusión, las promesas vacías del gobierno cubano de «hacerlo entre todos» no son suficientes para abordar la crisis económica y social de Cuba. Es necesario un cambio real y significativo en la forma en que el país es gobernado, y esto solo se puede lograr a través de una verdadera apertura política y económica. Los ciudadanos cubanos merecen un futuro mejor, y es responsabilidad del gobierno cubano hacer todo lo posible para asegurarlo