En Cuba, el feminicidio se ha convertido en una realidad alarmante. De hecho, según los registros de la plataforma independiente Yo Sí Te Creo (YSTC), en lo que va de año, ya se han registrado once asesinatos machistas en la isla. La víctima más reciente es Yurina Yaque Pérez, quien fue asesinada por su pareja en la ciudad oriental de Santiago de Cuba.
A pesar de la gravedad de la situación, no existen cifras oficiales sobre la violencia de género en Cuba, lo que dificulta la comprensión real de la dimensión del problema. Por ello, es fundamental destacar el papel de las organizaciones feministas independientes como YSTC, que a través de sus registros de feminicidios y denuncias, han visibilizado una problemática que durante mucho tiempo fue ignorada.
Las organizaciones feministas independientes en Cuba han denunciado la carencia de protocolos y mecanismos efectivos de prevención en Cuba, la persistencia de problemas en el cumplimiento de las órdenes de alejamiento y la recepción de denuncias, así como la falta de refugios y redes de protección. En este sentido, YSTC ha lanzado un «Tercer Llamado por el Estado de Emergencia en Cuba por Violencia de Género», que ha sido suscrito por 15 proyectos independientes y un grupo de personas que lo apoyan.
Además, las activistas también exigen una ley contra la violencia de género, y critican al Gobierno cubano por no tipificar expresamente el feminicidio como delito en el nuevo Código Penal, que entró en vigor en diciembre pasado, pese a que este contempla la violencia por motivos de género.
A pesar de que las cifras oficiales son limitadas, la Encuesta Nacional de Igualdad de Género de 2016 muestra una realidad alarmante: el 26,7 % de las mujeres cubanas de entre 15 y 74 años aseguró haber sufrido algún tipo de violencia en su relación de pareja en los 12 meses previos al estudio. De ellas, solo el 3,7 % de las agredidas pidió ayuda institucional.
En conclusión, el feminicidio es una realidad preocupante en Cuba, y es importante que se tomen medidas concretas para erradicar esta problemática. Las organizaciones feministas independientes están haciendo un gran trabajo para visibilizar esta situación y exigir una respuesta del Estado. Es fundamental que se implementen políticas y protocolos de prevención efectivos, se promulgue una ley contra la violencia de género, y se cree un entorno seguro para las mujeres que sufren violencia en sus hogares.