Cubanos que aplicaron al programa de parole humanitario a principios de enero y aún no han recibido una respuesta positiva o negativa a su solicitud, se muestran preocupados por lo que perciben como un “retraso” en comparación con otros solicitantes que ya han sido aprobados.
“Mi hijo aplicó desde el día 11 y todavía no ha recibido ningún correo”, señaló Namaris Bolaños en una entrevista con America Tevé. Sin embargo, abogados especializados en inmigración piden paciencia a los solicitantes.
“El programa está funcionando bastante bien, aunque puede ser más lento de lo que a algunas personas les gustaría”, dijo Wilfredo Allen en una entrevista con CiberCuba.
El abogado destacó que la resolución de las solicitudes no tiene por qué ir en orden, y depende de diversos factores, incluyendo el oficial que las revisa y la completitud de los documentos presentados.
Allen subrayó la mejora en los plazos y esperas que demandaba hasta ahora el programa de reunificación familiar.
“Cuando una persona solicitaba a un hijo soltero mayor de edad en Cuba demoraba 7 años, y ahora tenemos demoras de 19 días, es importante tener paciencia”, agregó.
La opinión de Allen coincide con la de otros abogados de inmigración que enfatizan que las familias deben ser pacientes y considerar que estamos ante un programa nuevo. “Este es un proceso que es lento en general, y es necesario ajustar los mecanismos”, dijo Ismael J. Labrador en una entrevista con America Tevé, e instó a los solicitantes a no presentar la aplicación dos veces.
Labrador señaló que los errores más comunes incluyen poner una sola dirección de correo electrónico para todos los destinatarios, errores en las fechas de nacimiento y no hacer una aplicación por persona. También mencionó demoras con la obtención del escaneo facial en Cuba.
Recientemente, se notificó que cubanos y haitianos que lleguen a los Estados Unidos a través del programa de parole humanitario pueden solicitar una ayuda federal de hasta $400 dólares mensuales, sellos de alimentos y servicios de salud Medicaid durante ocho meses a través de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados. Estos dos grupos de migrantes tienen acceso a los fondos federales disponibles a través del ORR, un programa que ya existía antes de la aprobación del parole humanitario.