El programa de visas humanitarias (parole) para ciudadanos de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití cumplió un mes de haber entrado en vigor y, aunque ha habido muchas aclaraciones y sucesos desde entonces, la embajada de los Estados Unidos en La Habana ha hecho un llamado de atención a los ciudadanos cubanos. La recomendación es que no apliquen al nuevo parole si tienen un proceso migratorio abierto ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS).
La razón detrás de esta advertencia es que los inmigrantes que entran a los Estados Unidos con una visa de inmigrante tienen la oportunidad de convertirse en residentes permanentes en el momento de su llegada, mientras que aquellos que son admitidos por el oficial de la CBP en el aeropuerto con un permiso de viaje obtenido con el nuevo parole solo tienen un periodo de permanencia de dos años. Sin embargo, gracias a la Ley de Ajuste Cubano, estos migrantes pueden solicitar una residencia permanente después de un año y un día de haber sido admitidos en territorio estadounidense.
Además de ofrecer una oportunidad para ajustar el estatus y obtener una residencia permanente, el nuevo parole también permite a los migrantes tramitar un permiso de trabajo y un número de seguro social, lo que les da la oportunidad de insertarse en la sociedad de los Estados Unidos mientras esperan para solicitar la residencia permanente.
Otra ventaja de las nuevas visas humanitarias es el tiempo de procesamiento, que según la experiencia de este primer mes, puede resolverse en tan solo unas pocas semanas. Esto representa una gran diferencia con respecto a las visas de inmigrante, que a menudo tienen un tiempo de procesamiento mucho más largo. Por ejemplo, hay casos de reunificación familiar que han pagado todos sus trámites hace casi ocho años y aún no han obtenido el permiso para viajar a los Estados Unidos ni han sido entrevistados en la embajada consular.
La situación también es similar para aquellos que optan por la visa K (fiancé), donde su pareja en los Estados Unidos reclama al ciudadano en Cuba. Según los funcionarios consulares estadounidenses, estos trámites pueden tardar más de un año en procesarse.