Cuba se despertó esta semana con la noticia de la muerte de Aiser Roque Rivero, un joven de 18 años, en la estación de Policía de Placetas. A pesar de la versión oficial de suicidio, los vecinos y la familia del joven no están convencidos y denuncian presiones por parte de la Policía y la Seguridad del Estado para que no se hable más del caso.
Según una fuente cercana a la familia, Roque había sido arrestado y detenido por tres meses en la Policía de Caibarién por su participación en protestas pacíficas el 11 de julio.
El día de su muerte, Roque tenía un problema con su ex-pareja y fue la policía a la que los vecinos llamaron para resolver el conflicto. Sin embargo, los vecinos cuestionan cómo murió Roque, ya que estaba detenido y solo en una celda sin vigilancia.
Además, la fuente señala que Roque llegó vivo al hospital pero sin marcas ni síntomas de suicidio y con la nuez hundida.
La versión oficial de que Roque intentó suicidarse mientras estaba detenido es cuestionada por los vecinos, ya que no habría tenido acceso a los materiales necesarios para llevar a cabo el suicidio.
En el grupo “Todos somos Placetas”, la activista Yaquelin Abreu denuncia presiones por parte de la Policía de Placetas, dirigida por Héctor de la Fe Freire, y la Seguridad del Estado para callar la verdad sobre la muerte de Roque.
Abreu también afirma que ha recibido amenazas por parte de supuestos videos de personas llamadas por la seguridad.
La muerte de Roque es solo una de las tantas muertes que quedan impunes en Cuba. La familia y los vecinos exigen justicia y esclarecimiento sobre los hechos reales de la muerte de Roque. No podemos permitir que estos abusos policiales continúen sucediendo sin consecuencias.