En Cuba, la seguridad pública es una preocupación creciente. La denuncia de un taxista asaltado a punta de cuchillo en Villa Clara es solo la punta del iceberg en una ola de crímenes que afecta a la población.
La historia fue compartida por el realizador audiovisual Eduardo González Rodríguez a través de sus redes sociales.
González Rodríguez alquiló a un chofer para recoger a su hijo de la escuela. Durante el viaje, el chofer le reveló que había sido asaltado nueve días antes.
Dos hombres lo habían contratado para llevarlos a Manicaragua, pero en el camino, uno de ellos le puso un cuchillo en el cuello y lo obligó a detener el vehículo. Le robaron la sortija, el reloj y unos seis mil pesos.
El taxista explicó que fue amenazado con ser degollado si hacía algún movimiento sospechoso.
El asalto terminó cuando un Moskovich azul vino a recoger a los ladrones. El taxista todavía tenía la marca del cuchillo en su cuello y señaló que uno de los ladrones era blanco y el otro mulato, pero no podía recordar sus caras.
El susto que vivió el taxista fue tan grande que terminó orinándose en sus pantalones. González Rodríguez llamó a las autoridades a tomar medidas urgentes para frenar la ola de crímenes en Cuba.
La preocupación por la seguridad pública es comprensible, dada la reciente ola de asaltos, asesinatos y crímenes. Si no se toman medidas, pronto habrá secuestros, tiroteos y pandillerismo. Es necesario hacer algo para proteger a la población y prevenir la violencia.