El feminicidio es una realidad que afecta a mujeres de todo el mundo y Cuba no es la excepción. Recientemente, el Ministerio del Interior de Cuba (MININT) ha iniciado una investigación en Camalote, Camagüey, sobre el asesinato de Leidy Bacallao, una adolescente de 17 años, a manos de su ex pareja, Elesván Hidalgo.
El comunicado del MININT informa que un hombre de 50 años, con múltiples antecedentes penales, mató a Leidy con armas blancas, mientras ella buscaba refugio en una subestación de la Policía Nacional Revolucionaria. La policía heriría al agresor en la región lumbar, pero no se han ofrecido más detalles.
Según los informes, Leidy mantenía una relación con el hombre de 50 años en contra de la voluntad de sus padres y el asesinato tuvo lugar frente a varios policías, que no lograron evitar el crimen.
Es triste decirlo, pero en Cuba todavía no existe un registro oficial de víctimas de violencia de género y tampoco hay una ley que proteja a las mujeres de sucesos machistas. Esta situación es denunciada por organizaciones independientes dentro y fuera del país.
A pesar de que los registros independientes muestran una cifra inferior de feminicidios en 2022 (34) comparada con 2021 (36), sigue siendo un número alarmante. La realidad es que el feminicidio es un problema global que requiere acción inmediata y un cambio cultural en la sociedad.
Es importante destacar que la violencia de género no puede ser ignorada o minimizada. Debemos ser conscientes de la gravedad de la situación y trabajar juntos para proteger a las mujeres y prevenir futuros casos de feminicidio. Es hora de que la sociedad tome medidas para garantizar la seguridad y el bienestar de todas las mujeres, incluyendo a Leidy Bacallao y a todas las víctimas de estos horribles sucesos.