El joven cubano Jairon Abraham Cruz, de 17 años, fue asesinado a tiros esta semana mientras se encontraba en la habitación de un hotel en Monterrey, México.
Su madre y su hermana menor de cuatro años también estaban presentes, pero estas no resultaron heridas debido a que se resguardaron en el baño de la habitación mientras el adolescente intentaba proteger el acceso a la misma empujando la puerta para que no pudieran entrar los perpetradores del crimen.
Según contó Yamisleidys González, madre del joven, lo único que alcanzó a ver fue la pistola, ya que se encerró en el baño desde donde escuchó los disparos que segaron la vida de su hijo.
Jairon, de 17 años, y su familia, procedentes del municipio Boyeros, en La Habana, llegaron a México el 5 de enero y ya contaban con una cita con las autoridades migratorias estadounidenses para febrero. Estaban hospedados en el hotel La Silla del estado de Nuevo León.
El esposo de González, Gabriel Fernández, fue secuestrado, pero logró escapar. Según la mujer, «él le dio una patada a la puerta del carro y logró correr hasta donde estaba la policía».
Una persona resultó muerta al final del asalto y según lo informado por prensas locales ambos eran cubanos. No obstante, noticias recientes han revelado que otra persona de unos 25 años de edad podría ser colombiana.
Esto ha impactado mucho a la familia del adolescente que vive en Miami y está completamente devastada.
Caridad Sotolongo lloraba mientras contaba como su nieto, Jairon, había sido asesinado. Ella se daba golpes, se pinchaba y decía en voz alta que todo era un sueño.
Su hermana Gretel confirmó el trágico hecho al narrar los planes que tenían ambos de crear juntos videos para TikTok. El fuerte abrazo que se habían prometido a través de videollamadas nunca más llegaría.