Javier Enrique Pino Burgos, uno de los tres estudiantes que resultaron heridos en el derrumbe del mural en Sancti Spíritus el 6 de enero durante una actividad política, afirma que no hicieron nada fuera de lo común con el muro que les cayó encima.
Narra que su compañero Manuel estaba sentado cerca del sitio y él y otro amigo, Lázaro, se encontraban parados a un lado del mural. El profesor de Biología les indicó que retrocedieran debido a la velocidad en la que pasaban los vehículos y Javier explica que fue entonces cuando Lázaro se acercó al muro para tomarse una foto.
Es ahí donde alcanza a recostarse para lo cual usó su mano y sin advertirlo ese pequeño gesto provoco el tristemente célebre desplome. El daño mayor lo recibió Manuel Enrique quien había permanecido sentado mientras tanto; sufriendo consecuencias en la columna vertebral.
El profesor y el director de la escuela lograron levantar un grueso bloque que tenía encima Javier hasta sacarlo sano; siendo trasladado junto a sus dos amigos al hospital donde fueron ingresados.
El controversial mural llamado “Resistencia” y valorado en 843 mil fue encargado a una mipyme por parte de la Unidad Presupuestada de Servicios Comunales de Sancti Spíritus.
Sin embargo, tras problemas con los pagos, provocó demandas y el proyecto fue paralizado dos meses antes del trágico incidente de tres jóvenes heridos, por lo que nunca llegó a obtener el certificado de calidad.
La obra aún no se ha completado y representa un peligro. Esto obliga a Aldo Rivera Rodríguez, jefe de un organopónico cercano al lugar, a advertir a los transeúntes que tomen precauciones al pasar por esta zona.