Un internauta cubano, identificado como Jorge Menéndez, denunció esta semana el deplorable estado de abandono del «otrora» Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin.
Para muchos cubanos, “La Lenin” representa un recuerdo imborrable de su juventud y su etapa estudiantil, pero hoy de ese sitio no queda más que el recuerdo.
«¡Destrucción total!», dijo Jorge Menéndez cuando grabó la piscina.
«Viendo vuestros comentarios de las imágenes, seguramente pensamos en la guerra de Ucrania y la palabra vergüenza y horror es lo que más leo. La Lenin es hoy fiel reflejo de lo que se intentó hacer y no se pudo mantener en el tiempo por un sistema utópico y nefasto. Quisieron venderla al mundo como el ‘etalón’ de la educación socialista y sus logros».
«Hoy vemos ruinas, suciedad y miseria en todo el país y en la Lenin, un cadáver sin posibilidad alguna de reposición. La Lenin se nos fue por la borrachera política de cuatro mafiosos a los que no les importa en lo más mínimo su pueblo y creo que las fotos son muy elocuentes de lo que pienso y digo».
«¿Qué diría el señor (Miguel Díaz-)Canel si le pidiéramos responsabilidades? Si, a ese mismo presidente que construye por doquier hoteles, incluido un rascacielos en el centro de La Habana».
«Siento, como muchos de ustedes, impotencia y dolor porque en esas ruinas hay parte de nuestras vidas y ninguno de nuestros dirigentes pensó siquiera en ello, simplemente gobiernan para enriquecerse ellos mismos».
«La Lenin hoy es un fiel reflejo de la desgracia que sufre nuestro pueblo por la desgobernanza de unos desalmados, que escondiéndose en consignas proletarias cada día acaban con nuestro país. La Lenin duele y los desalmados tienen que irse», afirmó.
«Allí nos comenzamos a formar como hombres y mujeres de bien y algunos de nosotros ya comenzamos a valorar lo absurdo de aquel sistema en el que nos querían adoctrinar. La Lenin de cierta manera nos fue abriendo los ojos paulatinamente de lo arbitrario de tanta politiquería absurda y sin sentido, pero es indudable que sembró en nosotros la semilla de hombres y mujeres de bien», recordó Jorge Menéndez.
«Hoy muchos de nosotros, me atrevería a decir al menos la mitad, vivimos fuera de Cuba, otros viven en Cuba y añoramos aquellos tiempos, que vistos desde el tiempo, parecen absurdas muchas cosas, pero prima por sobre encima de todo, la marca y los buenos sentimientos».
