En la acera junto a la Embajada de Estados Unidos en Cuba, Roberto José, de 21 años, abraza a su madre, Marisol, de 50, mientras ambos se deshacen en lágrimas y gritan aliviados: “Gracias, Señor”. , ¡lo hicimos!”
El momento de alegría se cuece a fuego lento desde hace cuatro años y esta mañana en La Habana ya es una realidad: Roberto ha sido aceptado en el programa de reunificación familiar (CFRP) y podrá vivir con sus padres en Estados Unidos.
La Embajada de Estados Unidos en Cuba reanudó los servicios consulares y el procesamiento de visas el miércoles después de una pausa de más de cinco años.
“Ha sido mucho tiempo… Le agradezco al gobierno de (Joe) Biden (presidente de EE.UU.) porque pudieron volver a reunir a las familias”, dijo a Efe la madre.
Este largo proceso del que habla Marisol comenzó, tanto para ella como para su hijo, así como para muchos cubanos, en 2017 cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerró los servicios consulares de la embajada.
La medida dejaba en la sombra uno de los avances más significativos del llamado período del “deshielo”, en tiempos de su antecesor, Barack Obama (2009-2017).
La administración republicana justificó el cierre con supuestos “ataques acústicos” a los trabajadores de la Legación Estadounidense. Pero en enero de 2022, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE. UU. descartó que los disturbios descritos fueran el resultado de una campaña de un país enemigo.
En 2022, el ejecutivo de Biden anunció la reanudación del programa de reunificación. Y a finales de año fue más allá al confirmar que en la embajada de La Habana se reanudarían los servicios consulares y los trámites de visa de inmigrante.
A personas como Sheila Daniela, de 15 años, estas “cosas políticas” no les importan. A ella solo le importa que la aceptaran para ir con su madre a “yuma (como se conoce coloquialmente a Estados Unidos en la isla)”.
“Todo está mucho mejor (con la reanudación de los servicios)”, dijo con calma pero con una sonrisa.
ÉXODO MIGRATORIO
En medio de un éxodo migratorio sin precedentes, La Habana y Washington se han sentado a la mesa en los últimos meses en un aparente acercamiento para abordar el tema.
Al 30 de noviembre, 290.338 cubanos han llegado a Estados Unidos por la frontera con México, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
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Mientras tanto, la Guardia Costera estadounidense detuvo a más de 6.182 cubanos en las costas de Florida desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre de 2022, cuando finalizó el último año fiscal.
Las entrevistas para los interesados en obtener una visa de inmigrante comenzaron el 29 de diciembre.
Hasta el miércoles, las entrevistas se realizaron en Guyana. Esto significó un gasto extra para los interesados y un lujo que pocos cubanos podían permitirse.
Pese a la apertura, la embajada aclaró que quienes ya tengan cita en Guyana deberán hacerlo en el país sudamericano.
Este es el caso de Roberto Arzuaga, de 68 años, quien vivía en Estados Unidos con su esposa y vino a visitar a su madre a Cuba justo antes del inicio de la pandemia de covid-19.
Ahora no puede regresar ni tiene fondos para viajar a Guyana. “Me parece injusto, deberían tratarnos a todos por igual”, dijo a Efe.
Arzuaga hace cola en un parque cerca de la Legación Americana. Allí, decenas de personas esperan su turno con carpetas en mano.
“¡Ha llegado el día!”, escuchamos entre la multitud.