La ministra presidenta del Banco Central de Cuba, Marta Sabina Wilson González, acaba de anunciar en el espacio televisivo estatal Mesa Redonda el precio oficial en el que Gobierno comenzará la compra de divisas a la población, llamando la atención que su valor será superior al actual del mercado negro, en un intento de controlar la captación de divisas que actualmente se mueven en este tipo transacciones.
Según explicó Wilson González, la tasa de referencia, tomando el dólar estadounidense (USD) como principal divisa, será variable, según el valor del mercado diario, pero mañana se abrirá con un precio de compra del USD de 120 pesos cubanos por dólar. Asimismo, el euro será comprado a 122 pesos; el dólar canadiense a 93; la libra esterlina a 143; y el franco suizo a 125.
El vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, dijo en el programa televisivo Mesa Redonda que desde este jueves comenzarán las operaciones en aeropuertos, hoteles y Casas de cambio, como primer paso «para restablecer el mercado cambiario en la isla», exceptuando 40 municipios que lo harán más adelante.
La compra por parte del banco beneficiaría a aquellos que venden sus divivas al banco y acepten el dinero a cambio en depósito electrónico, pues cuando el pago sea en efectivo el sistema bancario del país aplicará un margen comercial del 8% por lo cual la tasa efectiva será de 110 CUP.
Con relación al margen comercial para la compra en efectivo del resto de las divisas internacionales como el euro, el peso mexicano, el franco suizo o el dólar canadiense solo será del 2%.
“Si hay mucha más demanda de comprar que capacidad o incentivo para vender, el tipo de cambio es más caro. Mientras el tipo de cambio es más alto, hay más incentivo para las personas a vender (a cambio reciben más pesos), pero menos a comprar (cuesta más pesos)», precisó Gil Fernández.
Sobre comenzar a su vez con la venta de divisas a la población, el ministro de Economía explicó que «no sería responsable, ni económica ni políticamente, empezar a vender mucho más que lo que se va a comprar, y que esa brecha que se genera entre lo que vende y compra, el Estado la cubra con otros ingresos que no genera el propio mercado cambiario».
“¿A qué le vamos a quitar el dinero, al barco de arroz, al de combustible…? Ese es el problema que siempre hemos planteado. Tenemos que buscar la sostenibilidad del mercado cambiario a partir de sus propias fuentes, no con fuentes de generación de ingresos que tienen otro destino en la economía”, enfatizó.