La empresa estatal cubana de tabacos produjo de enero a junio menos de la mitad de lo planificado, informó este martes el diario oficial Granma.
Tabacuba ha cumplido el 47 % del plan de producción en sus cuatro plantas en todo el país, afectada por problemas que no se limitan a esta industria nacional y lastran a otras producciones agrícolas como el azúcar.
La empresa listó entre las causas la «falta de materiales directos», del papel de cigarro, las cajas y las envolturas, lo que llevó incluso a la «paralización de las fábricas en enero, marzo y mayo».
La publicación apunta además a las rupturas de maquinaria en las fábricas, problemas logísticos y de transportación, así como a cuestiones derivadas de la pandemia.
La situación, continuación de la experimentada en 2021, ha provocado «inestabilidad» en la «distribución en la red de ventas minoristas» del tabaco dentro de Cuba.
En junio del año pasado, «para evitar el acaparamiento y la reventa», los Gobiernos territoriales empezaron a distribuir los cigarros nacionales a través de la libreta de abastecimiento, el sistema de reparto regulado que funciona desde hace décadas en el país.
«Se esperaba que para el primer trimestre de 2022 el panorama pudiera cambiar. Pero estamos en agosto y la situación sigue compleja», afirma Granma.
En gran parte del país, según este periódico, «los consumidores se ven ante el dilema de adquirir las cajetillas en el mercado negro a precios que pueden superar los 200 pesos (el precio oficial son 120 pesos), o a hacer filas en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC)», para adquirir tabaco en divisa.
El tabaco es el cuarto mayor sector por ingresos de Cuba, su cosecha pasó de 32.000 toneladas en 2017 a 25.800 en 2020, según datos oficiales.
El sector emplea a unos 200.000 trabajadores, que se elevan hasta los 250.000 en el pico de la cosecha.
El año pasado fue uno de los peores para el campo cubano en la última década, aseguró recientemente el ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito.